33: Tzuyu

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Sana me empuja por la puerta más cercana. Afortunadamente, nos conduce a una habitación sin luz con mesas y sillas dispuestas en un semicírculo. Las persianas están cerradas, pero la habitación no está completamente oscura. Es simplemente sombría, con finas franjas de luz solar asomándose desde los listones.

-¿Qué estás haciendo? -pregunto divertida.

Ella apresuradamente cierra la puerta.

-Me estaba volviendo loca no poder tocarte allí. No tienes idea de lo cerca que estaba de quitarte los pantalones y montarte la polla, justo delante de todos.

Mi ingle se aprieta. Oh Jesús, eso suena caliente. Las dos estamos encima de la otra todo el tiempo. Casi se ha convertido en una adicción. Y me da vergüenza decir que no ha afectado el hockey en absoluto, lo que significa que mi voto de celibato fue completamente inútil. En todo caso, estoy jugando aún mejor estos días.

He evitado hablar de eso con Sana, porque me temo que se burlará de mí, me diría que había estado haciendo una escena del Mago de Oz o alguna mierda. Algo como: ¡Sí tenías el poder de ser una buena capitana y compañera de equipo todo el tiempo, Tzuyu! Fue tu culpa y tu miedo a ser una idiota egoísta como tu padre lo que te impidió ver eso.

Puedo ver completamente a Sana usando una analogía cursi como esa.

Pero supongo que es una lección que necesitaba aprender. La jodida de la temporada pasada me había marcado. Y comencé esta temporada con ganas de poner a mi equipo, y no mi polla, primero. Quería ser una buena capitana. Quería demostrarme a mí misma que no soy una imbécil narcisista egoísta cuyas necesidades son las únicas que importan. Cuando nuestra temporada se fue a la mierda el año pasado, fue un llamado de atención para mí. Lo primero que pensé después de que perdimos ese juego fue: tal vez somos de la misma calaña. Mi padre y yo.

La primera vez que me dijo eso, palidecí por dentro. Me sentí sucia. Asustada por la idea de que en realidad podría ser algo como él. Una basura. Una ególatra.

Pero el sexo con Sana no ha resultado en nada más que ir a la cama saciado todas las noches y arrasar en las práctica todas las mañanas. Sin mencionar los playoffs, estamos dominando a los otros equipos. Sana me rodea el cuello con los brazos y tira de mi cabeza para besarme.

Cristo. Me encanta besarla. Me encanta follarla. Me encanta hacer todo con ella y para ella.

Ambas sabemos que esto entre nosotros es más que un rebote. Más que sexo. Pero no sé cuánto es más. Y lo estoy disfrutando demasiado para complicar la situación al preguntar

Me río cuando ella me empuja contra la puerta. Presiona cerradura en su lugar, y su mano esta en mi cinturón antes de que pueda parpadear. Abre mis jeans y tira de ellos. Mis boxers están lo suficientemente bajos como para que pueda meter la mano y sacar mi polla caliente y pesada.

-Oh, Dios mío, he querido esto en las últimas dos horas -murmura Sana con angustia-. La quiero todo el tiempo.

-Tómala -digo con voz ronca.

Se pone de rodillas y mi cuerpo se tensa con anticipación. Cuando su boca envuelve mi polla en un deslizamiento húmedo, siseo de placer. Ella también, y sus ojos marrones brillan alegremente mientras me suelta para decir:

-Me encanta tener esto en la boca.

-Tú y tu fijación oral -resoplo, todo el tiempo tratando de empujar mi cabeza a través de sus labios sensuales de nuevo.

Se ríe de mis intentos patéticos.

-Entonces, cuando necesito mis dulces, es, ¿cómo lo llamaste el otro día? Un serio problema. Pero cuando ansío tu polla, ¿mi fijación oral está bien y es genial?

ONE OF THE GIRLS | SATZU [ADAPTACION]Onde histórias criam vida. Descubra agora