28: Sana

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No recuerdo haber llegado a la casa de Tzuyu. No porque esté borracha y desconozca mi entorno, sino porque estoy tan llena de anticipación que no puedo pensar o ver con claridad. Demonios, tampoco puedo escuchar bien: el único sonido que se registra es el latido incesante de mi corazón.

Conseguir que Tzuyu cayera fue muy fácil. Aunque no voy a mentir, por un momento estuve preocupada de haber cruzado la línea de ponerla celosa a alejarla por completo. No puedo negar que se sintió bien besar a Minnie, pero nada rivaliza con la vertiginosa emoción de tropezar en la habitación de Tzuyu y vislumbrar esa expresión voraz en su rostro.

Ella patea la puerta para cerrarla. La bloquea.

Entonces avanza hacia mí como una depredadora. Se detiene cuando nuestros cuerpos están a menos quince centímetros de distancia.

-¿Estás segura de esto? -Su voz es baja. Firme.

-Sí. -Trago-. ¿Y tú?

Su aliento irregular resopla entre nosotros.

-Sí, desafortunadamente.

Se me cae la mandíbula.

-¿En serio, Tzuyu? La idea de tener sexo conmigo es taaaan desafortunada...

Me interrumpe con un beso y ya he olvidado por qué me estaba quejando. Estoy obsesionada con los besos de esta chica. Lengua ardiente, apasionada, lo suficiente como para no ser abrumadora o babosa. Ella sabe cómo sacar gemidos de mi garganta, cómo seducirme con su boca firme y talentosa. Y mientras su lengua se desliza seductoramente sobre la mía, sus grandes manos se deslizan hacia mi trasero, acariciando la línea de carne donde termina el dobladillo del vestido de Momo.

-Este vestido es demasiado corto -sisea en mi oído antes de deslizar sus manos debajo y apretar mi trasero. Mis nalgas podrían estar desnudas con esa correa de hilo dental entre ellas.

-¿Que sea corto es malo? -pregunto sin aliento.

-Lo es cuando tienes la mano de Minnie en tu muslo.

-¿Celosa?

-Sí. -No hay negación, solo hambre pura en sus ojos oscuros mientras tira del vestido sobre mi cabeza. Lo deja a un lado y luego retrocede para admirar mi tanga y mi sujetador.

-Quítate el sostén - dice con un gruñido-. Muéstrame esas tetas.

Me tiemblan los dedos al deshacer los broches.

El sujetador cae al piso. Ahora estoy en topless frente a ella, mi corazón late con fuerza.

Me admira por un momento. Luego se lame los labios y se acerca de nuevo, llenando sus palmas con mis pechos doloridos. Cuando sus pulgares barren mis pezones, chillo. Están tan duros que realmente duelen.

-Tus tetas son perfectas, Sana.

No puedo hablar. Estoy demasiado ocupada mirando su rostro mientras juega con mis senos.

Cada caricia hace que mi corazón lata aún más rápido. Estoy segura de que siente sus rápidos latidos bajo sus manos exploradoras. Casi lloro cuando se detiene, pero esas manos ásperas viajan más abajo para agarrar la costura de la tanga en mi cintura. Empuja la correa por mis piernas. Estoy desnuda ahora y Tzuyu todavía está completamente vestida.

Ella solo me está mirando, y la necesidad ardiente en sus ojos es demasiado. Mi núcleo se aprieta fuertemente.

-Haz algo -susurro.

-No debería -dice bruscamente, y sin embargo, tira su camisa por el cuello, se la quita y después hace lo mismo con su sujetador.

Su torso desnudo se burla de mí. Suave carne dorada, pechos pequeños y firmes. Abdominales esculpidos que se estrechan en una cintura ajustada. Ella tiene un camino feliz que desaparece en la cintura de sus pantalones negros y no quiero nada más que seguir ese camino con mi lengua y ver a dónde conduce.

ONE OF THE GIRLS | SATZU [ADAPTACION]Where stories live. Discover now