Capítulo treinta y seis

165 41 29
                                    

Nunca imaginé vivir algo tan grandioso y fantástico como esto, donde mi corazón cada día se emociona como si fuese la primera vez y vive en un constante frenetismo que no puedo detener. Han sido las semanas más maravillosas que he tenido junto a Tanner, él hace todo por verme feliz, por hacerme sonreír y por hacerme volar a lo más alto del cielo. Hemos tenido citas, hemos paseado y disfrutado tanto. He conocido muchas cosas a su lado y lo que más deseo es seguir haciéndolo, porque no hay día que no sea feliz descubriendo el inicio de nuestra vida juntos.

Cuando Holden me habló del amor, de todo aquello que lo hacía feliz y de esos momentos pequeños, pero demasiado significativos, jamás creí que podría vivir algo parecido e incluso mucho más intenso y bonito. Nunca imaginé que el amor sería de esta manera, donde no hay cabida para nadie más que para nosotros dos y donde el sentimiento crece con fuerza arrolladora.

Cada día que va pasando es una nueva aventura y experiencia a su lado. Lo amo tanto y en apenas un par de semanas me he sentido la mujer más feliz y afortunada de este mundo. Es como si nunca hubiésemos vivido en una vida llena de peligro, actuando mal y viendo la sangre correr. Desde el momento en que salimos de Irlanda, todo lo malo y esa vida que teníamos allá quedó en el olvido. Ahora solo somos una pareja en busca de la felicidad en manos del otro, viviendo cada día como si fuese el ultimo y amándonos apasionadamente cada instante del día.

Han sido meses maravillosos e intensos junto al hombre que más he amado en mi vida, el único que conoce todo de mí, incluso hasta aquellos miedos de los cuales él se ha encargado de erradicar de mi mente y corazón con su única forma de amarme y hacerme saber que lo bueno siempre doblegará los momentos malos. En estos meses he sido una persona diferente y no he podido dejar de pensar en que quiero más de esta felicidad.

Hoy es el día que al fin conoceremos el sexo del bebé de Greta y Holden, y al igual que mi cuñada —quien he ido conociendo poco a poco y se ha convertido en algo como una amiga, la primera—, mi hermano, Tanner, la bolita e incluso la directora de la universidad en la que trabajan y no me agradó ni un poco, hemos estado demasiado emocionados por saber qué llegará en unos cuantos meses a nuestras vidas.

En el pasado nunca cruzó por mi mente tener hijos, si era demasiado consciente que no quería someter a quien viniera de mí a un mundo de mierda que solo le traería dolor, por ende, jamás deseé formar una familia como sí lo hicieron mis padres. Pero he de admitir que ahora todo es tan diferente y me he visto soñando con un bebé y si Tanner sería tan feliz con la noticia como mi hermano. He fantaseado con una familia y no sé si solo sea porque Greta y Holden son muy felices con la llegada de su primer hijo, que aquel deseo se ha implantado en mi mente y corazón.

—No era necesario que vinieran todos a la clínica si teníamos planeados celebrar en un restaurante —dijo Greta, soltando una risita divertida—. A todos no los dejarán entrar al consultorio.

—Bueno, con tal de que dejen entrar al tío más genial, el resto puede esperar —alegó Tanner, plantándose al lado de ella y haciéndola entrelazar su brazo con el suyo—, Yo seré el paño de lágrimas de los dos.

—No seas idiota, solo me dejan entrar a mí —rebatió Holden, rodando los ojos—. Y no necesitamos un paño de lágrimas.

—Desde luego que sí, mi amor —Greta rio—. ¿No recuerdas que lloraste cuando viste la primera ecografía y escuchaste su primer latido?

—No seas así —jadeó mi mellizo—, estaba demasiado emocionado por saber que sería padre.

Todos sonreímos al verlos abrazarse y susurrarse cosas al oído que los hicieron sonreír y darse un beso. Mi hermano y mi cuñada son la prueba viviendo de que la dulzura empalaga lo suficiente para odiar los dulces. Prefiero la acidez, no obstante, un poco de dulce tampoco me ha sentado mal.

Blair: Serie Walsh #2Where stories live. Discover now