TERCERA TEMPORADA: ¡SILENCIAD A LOS SUSURRADORES!

240 47 54
                                    


Por mucho que queramos deshacernos de él, las personas somos nuestro pasado.

Áyax no lo cree así. 

Ha intentado huir de él de todas las formas posibles, eliminarlo de todas las formas posibles. Y desde entonces, lo enterró en lo más profundo de su mente, con el monstruo como custodio de unos recuerdos de los que no pudo ser consciente durante años.

La vida le dio otra oportunidad, conoció a su verdadera familia, al amor de su vida, se casó y tuvo una hija con él. Todo mejoró después de luchar lo indecible para lograrlo.

Al fin podía descansar.

Pero el pasado siempre vuelve.

Y esta vez, el pasado ha resurgido de sus cenizas tomando la forma de su antiguo compañero del orfanato al que él mismo creyó matar.

Víctor Björnsen.

Gamma.

La única persona a la que Áyax Dixon teme.

Y no viene solo.

Ese grupo de personas estremecedoras que utilizan las pieles de los caminantes para sobrevivir al fin del mundo, van a volver a su vida arrebatándole todo lo que conoce. 

A él y a los suyos.

Si Áyax creyó en su día que encontrarse con quienes susurran entre los muertos marcó su vida... esta vez destrozará los cimientos de todo cuanto le ha costado construir.

Y sin su familia a su lado, destrozado y hundido... solo quedará una única opción.

Silenciar a los Susurradores. 


«—¿Es que no lo entiendes? ¡Nos van a matar a todos, Daryl! —rujo zarandeándolo, alternando la vista entre él y Michonne, llorando como pocas veces habían visto en mí—. ¡No tenéis idea de a lo que os queréis enfrentar! ¡De lo que nos van a hacer!

Mi hermano entrecierra los ojos.

—Pero parece que tú sí.

Doy un paso atrás, su contacto me ha provocado una descarga eléctrica que me aleja de él con inmediatez. Mi pecho sube y baja. Las lágrimas no han dejado de agolparse en mis ojos, pero esa verdad me ha estallado en la cara.

Toda la verdad de mis mentiras.

Tenso la mandíbula y giro la cabeza en dirección a la prisionera.

—Está bien —gruño, encaminándome hacia ella.

Agarro a la chica por el brazo, que se queda rígida y aterrada ante mi contacto y chilla por el susto. Lleva una capucha sobre su cabeza y no me ha visto aparecer. La bajo del caballo con total brusquedad y cae de bruces al suelo, impactando la cabeza contra la tierra. Tiro de ella por su brazo arrastrándola hasta llegar al sótano de celdas, ignorando sus súplicas y quejidos. Más lágrimas caen por mis mejillas ante el recuerdo de Víctor.

Y el de Jesús.

—Yo también sé jugar a este juego —siseo desquiciado.

Porque ellos me enseñaron». 



Capítulo 36. Sigma. 

Jueves, 16 de mayo, a las 19h (hora española).

The Walking Dead: Nuevo MundoWhere stories live. Discover now