Capítulo 17. No muy eclesiástico.

4.5K 365 296
                                    


- ... Una hamburguesa. Con queso. – responde Carl a mi pregunta. Una carcajada brota de mi pecho al oírla.

- Los miércoles de pizza en el comedor. – añado yo a la lista con una sonrisa. Esta vez es él quién ríe. – Era el único día que me quedaba a comer en el orfanato.

El grupo camina un tanto cansado por la carretera alejándonos de La Terminal todo lo que podemos y más, con las suelas de nuestras botas raspando contra el asfalto como único sonido de compañía además de unas suaves conversaciones entre algunos.

La risa de Carl llega a mis oídos, lo que hace que vuelva mi atención a nuestra conversación.

- ¿Entonces qué comías el resto de días? – inquiere con curiosidad. Meto mis manos en los bolsillos de la ya estropeada sudadera para después mirarle.

- Lo que encontraba o lo que Mich me traía. – contesto mirando a la mujer. La mencionada se gira hacia nosotros y muestra su blanca sonrisa. Tras unos segundos seguidos de un "Mmm" por parte de Carl, este vuelve a hablar.

- Estudiar. – dice totalmente convencido. Vuelvo a reír de nuevo.

- ¡Venga ya! ¿Quién echa de menos eso? – respondo de manera ofendida mientras que él me da un leve empujón en el hombro.

- ¿A qué estáis jugando? – pregunta un extrañado Glenn tras nosotros.

- A recordar todo aquello que echamos de menos. – digo como si nada, mirándole con una sonrisa.

Rick, encabezando el grupo, se vuelve levemente hacia nuestra dirección para mirarnos sonriente y después negar con la cabeza.

- Te toca. – dice el hijo del expolicía.

- Lo cierto es que no hay nada más. – afirmo con convicción. El chico ríe.

- Es imposible que solo sea la pizza. – contesta. – Tiene que haber algo más que eches de menos. – continúa diciendo mientras ríe. Me uno a sus risas afirmando que es totalmente así, hasta que una traicionera imagen de mi rubia amiga aparece en mi mente como si fuera un balazo.

Incluso causando el mismo dolor.

No sé cómo debo verme desde fuera, pero a juzgar por el cambio de cara de Carl, algo me dice que lo ha notado.

- A Hannah. – musito sin más, clavando mi vista en las destrozadas alas de ángel del chaleco que Daryl, frente a mi, lleva puesto.

Demasiada casualidad que al hablar de Hannah lo primero que vean mis ojos sean unas alas de ángel.

Tras un breve pero incómodo silencio, el chico se decide a hablar.

- A mamá. – responde visiblemente decaído y en un estado similar al mío, pero mirando a su padre y a su hermana.

Veo como el expolicía se tensa ligeramente al oír las palabras de su hijo, dedicándonos una fugaz mirada.

Disimuladamente, noto como Carl acaricia mi mano izquierda con sus dedos, hasta que consigue entrelazar ambas.

Una corriente eléctrica me recorre de pies a cabeza cuando eso se produce, e instintivamente, me aproximo más a él.

El chico me mira y la compasión que sus ojos azules destilan me hace sentir querido. Acto seguido, da un suave apretón en mi mano, reconfortándome profundamente tan sólo con ese simple gesto.

- Se acabó ese juego. – sentencia Daryl con sus ojos en los míos, para después ralentizar su paso y revolver mi pelo, quedándose a continuación más atrás.

The Walking Dead: Nuevo MundoWhere stories live. Discover now