Capítulo 3

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Arregle la cama cuando me levante, en la orilla de la cama tenía al parecer el que sería mi uniforme de trabajo. Esta habitación la iba a compartir con Martha, ella tenía su lado muy ordenado. La habitación era de tamaño normal, tenía ambas camas pequeñas pegadas de la pared con una mesa auxiliar para cada una. Le tenía que agradecer mucho a esta señora. Como estará Carmen? Se habrá recuperado? No quiero pensar en ella, no se lo merece que lo haga. Entre al baño que estaba en la misma habitación, hoy empezare mi nuevo trabajo y esperaba que me fuera bien.
Salí en albornoz del cuarto de baño, Martha había entrado y sonrio al verme. Su uniforme era similar al mío, azul con un delantal blanco adherido al vestido.
-Te traje el desayuno-Lo dejo sobre mi cama-Es tu uniforme, perdona si te queda muy ajustado. La chica que se fue era más pequeña que tu.
-Oh-No quería limpiar muy provocativa... Quería evitar problemas.
-Pero no por mucho tiempo traerán otro-Sonrei más aliviada esta vez.-Estaré en la cocina
-Si, en cuanto este lista, ire.
Cuando salió, di una vuelta y me tire a la cama llenando mis pulmones de aire. Que feliz estaba, por fin había salido de la casa de Carmen e hice algo que nunca pensé que haria. Me trató mal, muy mal, abuso de mi... Yo sólo obedecía como un animal, no me merecía nada de lo que esa mujer me hizo. Nunca he hecho cosas tan malas, ni he tratado a las personas mal para obtener eso a cambio. Como estaré de aquí a 3 años? Peor o mejor?
Martha estaba limpiando la encimera cuando entre a la cocina, detuve mi mirada en una mujer que tenía un vestido turquesa que le llegaba por el muslo pero esta vez estaba más levantado a causa de que eestaba sentada y tenía la pierna cruzada. Tenía su cabello castaño claro recogido en una trenza de lado, era de tez blanca y nariz perfilada. Levantó la mirada de la revista que estaba leyendo y me analizó de arriba hacia abajo como yo lo había hecho pero más disimuladamente.
-Y tu quien eres?
-Francesca, ella es la nueva trabajadora, Briana-Baje la cabeza en señal de saludo. Ella se levantó de la silla y cerro la revista.
-Enseñale bien, para que no le pase como la otra que se llevó algo mío y lo pago caro-Sonrio al parecer por recordarlo, me fulmino con la mirada antes de irse. Martha soltó todo el aire, y ladeó la cabeza mirándome.
-No le cogas miedo, es lo que quiere. Es una niña mimada de papi-Asenti volviendo a mirar por donde se había ido.-Te enseñaré la casa y luego lo que tienes que hacer. Esta noche vendrá algunas personas a cenar.
-Si
*****
Ya sabía donde estaban todas las cosas de esta casa gracias a Martha, me dio un tour y la verdad fue que lo disfrute mucho. Las habitaciones eran muy grande, y con buenas decoraciones. Todo estaba bajo control, siempre había silencio, y muy pulcro. Me gustaba esta casa, ojalá yo tener una así pero era imposible. Lo que me puso hacer Martha fue a despolvar abajo, mientras lo hacia, también veía fotos que estaban en la pared. Eran tres, el padre que tenía algunos cincuenta y algo, tenía una ligera calva, ojos café y la boca fina. Francesa no se parecía a el, ella había quedado hermosa en esa foto y es que lo era. Y el hombre que estaba junto a ella, cabello medio largo, nariz perfilada, tez blanca y los ojos café claros. Eran lindos ambos. Sonreí bajando la cabeza y continuando mi trabajo. Después de esto tenía que limpiar un baño.
Cuando termine de limpiar las cosas que me había dicho Martha, me dispuse a ayudarla a preparar la comida para los invitados. Me contaba sobre su vida y a los cuantos años había comenzado a trabajar. Que tenía ya años trabajando para esta casa y que ya no se vsia trabajando en otro lugar. Me contó algunos de sus secretos para que las comidas quedaran mejor y mientras lo hacia, me reia por la cara que me ponía.
-Coloca esto alla-Lleve el recipiente que contenía una ensalada, la coloque en la encimera que se iba llenando por las demas cosas que íbamos terminando. Todo tenia buena pinta, la revise para que ni se fuera a caer y levante la mirada. El hombre de la foto entró con una camiseta negra y unos jeans azules, era más lindo de lo que se veía en la foto. Nuetras miradas se conectaron, y comencé a sudar mis manos.
-Marthica!-Apartó su mirada de mi y fue a abrazar a la mujer que trataba de salir de su gran abrazo. Era alto y... Era extraño sentir esto.
-Estas grande Edward, es hora de que me sueltes...-Y así hizo. Sonrió, baje la vista y le di la espalda a ambos.
-Nueva trabajadora
-Si, Briana, ven-Me dk la vuelta sin querer, este chico... Tomó una uva y se la entró a la boca.-El es Edward, el hijo de William
William Brooks era el dueño de esta mansión.
-Mucho gusto-Hizo un saludo para guardia y volvió a reír.
-El gusto es mio Señor Broocks
-No, no, Martha dile que no me llame señor. Briana-Se acercó a mi y mi corazón empezó a latir más rápido. Esto era nuevo-Soy joven, llámame Edward
-Si-Sonrei pero fue cuando baje mi vista, no quería que me viera. Mis mejillas ardían y esperó que el rubor no se note demasiado.
-Ya Edward vete, me tienes a la pobre niña intimidada
-Ni que fuera una niña,verdad Briana? Te ves bien, eres linda-Oh, md dijo que era linda. Era la tercera persona que me lo decía, los dos primeros fueron mis padres que en paz descansen. Era linda para el...-Tienes buen cuerpo.
Me susurro. Pensé que no podian arder más, pero me equivoque.
-Vete!-Martha lo corrió dándole con una toalla, el se río y se fue corriendo.
-¡Te amo Marthica bella!-Exclamó ha lejos pero se escuchó claro.
-Que niño ese...
-¿Cuantos años tiene?-Martha me sonrió y me dio la espalda para ir al fregadero.
-25, pero parece un niño-Parecia de menos edad. Por su apariencia.-Ven, vamos a terminar.
*****
*Narra Edward*
Odiaba estas malditas cenas que solo hablaban de la empresa y de lo bien que iba y todo lo demás. Eso no me interesaba, quería ir a correr. Sentir la adrenalina por mis venas. Tener el carro de mis sueños y andar con el para todos los lugares que quería conocer. Administrar una empresa no era lo mío, pero era lo que mi padre quería que hiciera. Y que de lo que yo dijo? Vale mierda para William Brooks. Estudie lo que el quería, a pesar de que me fue mal en varios exámenes, logró irme bien. Decía que ahora no me daría cuenta de el don que tenía, y que era mi obligación atenderla para cuando el se vaya a descansar. Francesa estaba concentrada en sus cosas, pero al contrario de mi, el no la moletaba a ella. La complacía en todo, todo. Conmigo no era así.
-Idiota
-Tarada, que quieres?-Hablando de la Bruja de Roma que entra a MÍ habitación y se acuesta en MÍ cama como si fuera la de ella.
-Tus amigos idiotas están abajo, en la terraza
-Gracias-Me quite la camiseta poniéndome otra de hacer ejercicio.
-Has vuelto el cuerpo como querías, pensé que eso sería imposible para ti-Dijo riendo. La fulmine con la mirada-Y tu novia? Miranda se llamaba?
-Ya voló lejos, actualizate hermana-Se sebti en la orilla de la cama al parecer sorprendida, pero porque?
-Porque terminaron?
-No follaba bien, y es mala con el oral. Te dejo-Me acerque a ella para hacerle lo que más destestaba. Revoltiarle el cabello. Me fui corriendo para que no me alcanzara, porque creanme, era rápida.
Ted, Bionis, y Liam estaban haciendo chistes cuando llegue. O no, me había equivocado, eran de mujeres. Me saludaron con la mano, iban vestido con ropa deportiva.
-Porque no nos dijiste que tenías una nueva trabajadora?
-Chicos apenas empezó hoy, evitenle problemas-Dije sentándome y tomando un vaso de la bandeja. Liam que era el más diereceto que todos enarco una ceja.
-Y desde cuando eso te importa?-Ted que era el que más se reía y el más gracioso de todos, comenzó hacer lo que mejor le salía. Reirse a carcajadas, Bionis le dio por la espalda para calmarlo. El era el mas inteligente de los tres, sabía muchas cosas, y era el que más duraba en las relaciones.
-No me importa
-Y porque la defiendes?-Preguntó Ted volviendo a reír y dejando el vaso vacío en la bandeja. Apure el mío e hice lo mismo.
-No la estoy defendiendo-No la defendía. En verdad, ni se porque había dicho eso. Apoye mi cabeza de la silla, Bionis me miraba por encima de sus lentes.
-Te gusta la trabajadora, ya te la follaste?-Oh Liam
-No, apenas la vi hoy
-Y eres tan malo que dices eso para que no la enamoremos-Que? Esto se estaba enredando...
-Yo tengo novia-Aclaro y recordó Bionis. Tenía un año y cinco meses de relación con Sandra. Fue mi novia antes que el.
-Yo no-Dijo Ted aguntando la risa, que le hacia tanta gracia?
-Porque no quieres que la enamoremos Ted y yo?
-Liam..-Me interrumpió.
-Que egoísta hermano...-Paciencia.-Follala
-Porque?-Pregunte
-Ya que la quieres para ti, hazlo-Dijo Ted cruzando la pierna.
-Dejen al pobre Edward-Ambos fulminaron a Bionis con la mirada.
-La follo, puedo hacerlo, ya dejaran de cabrearme cuando lo haga?
-Oh si-Liam le dio por el hombro a Ted y comenzaron a reírse. Bionis se ajustó sus lentes y permaneció serio al igual que yo.-Tienes que hacerlo, si no lo haces, eres gay
-Saben que no lo soy
-Lo serás para nosotros...-Liam se miró las uñas, Ted hizo las señas indicandonos de que venía alguien, y nos callamos.
-Disculpen, vine a recoger la bandeja-Era Briana. Al verme sus mejillas tomaron más color. Liam la devoraba con la mirada, Ted me miraba a mi, y Bionis la piscina pensativo.
-Aquí tienes preciosa-Liam paso la bandeja rozando su mano, ella se alejó rápido y casi se le cae algunos vasos.
-Disculpen
-Disculpada...-Dijo Ted mirándome el culo cuando se fue.
-Chiquito, pero jugoso, levantado pero...-Miró a Ted y este comenzó a reír.
-¡Sabroso!-Exclamó. Bionis ladeo la cabeza, yo hice lo mismo.
-Hermano, tienes que follarla, duro
-Liam, me diras como tengo que follar?-Puso su mano, íbamos a cerrar el trató tan idiota que se había hecho. Era fácil, sólo follar a Briana y alejarme de ella lo cerramos y Ted aplaudió.

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