Capítulo 35

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El día se fue rápido, Clarissa y yo habíamos llegado tarde al trabajo. Pensábamos que era sábado, cuando llegamos nos recibieron normal como siempre y no nos llamaron la atención. Clarissa condujo el vehículo de Edward, quedo fascinada. No paraba de decir que era como tomarse una buena copa con buena compañía, de el no sabia absolutamente nada. No se lo que había hecho, ni lo que le había dicho a su familia sobre mi y mi hija. Acababa de dormir a Amelie, y estaba leyendo un libro en mi habitación. Era tarde, pero eso no me detenía cuando era un buen libro. Channel y Mateo se quedaron cuidando a mi hija mientras nosotras regresábamos, ya que Martha no pudo venir porque esta misma noche tenia una actividad en casa de los Brooks. Cuanto deseaba que dejara ese trabajo, pero al parecer no lo haría.Mi mente se iba lejos pensando en Edward, no me lo podía sacar de mi cabeza y quería que estuviera aquí conmigo. Cerré el libro y lo pegue a mi pecho, si pasaba de las 1am, se me dificultaría levantarme. Con mucho dolor te dejo de leer libro. 

Mire a mi hija por ultima vez antes de apagar la luz, mi cama hoy estaba mas cómoda que nunca. Pase mis manos por la cara, y cuando escuche el timbre, me sorprendí. Estaba tarde para recibir visitas, tome el albornoz de la puerta del aseo y me lo coloque. Al igual que yo, Clarissa había salido de su habitación. Caminamos juntas hacia la puerta con el corazón en la boca. 

-¿Quien crees que sea?-Pregunto en un susurro casi audible.

-¿Quien es?-Apretó mi mano deteniéndonos. Me miro como si fue un pecado lo que hice.

-Me las estoy imaginando con el ano mas pequeño que el agujero de una aguja, es Edward, ¿pueden abrir?-Suspiramos, me emocione y abrí la puerta. En su mano tenia una rosa roja y me abrazo cuando entro. Clarissa se quedo mirando nuestra escena sin ninguna expresion en su cara.-Hola, lamento lo de ayer

-Estas perdonando, solo porque conduci tu Bentley

-¿Lo condujiste? Eso esta bien-Tome la rosa y la puse en agua para que no se marchitara. Ellos se chocaron la mano muy emocionados y ahora era yo quien los miraba. Comenzaron hablar sobre el motor, para mi esa idioma era como chino. No entendía nada.

-Iré a mi habitación, me avisan cuando acabe-Edward me detuvo acercándome a el, Clarissa sonrió.

-Mañana continuamos la conversación-Asintió y se quedo observándome con media sonrisa.-¿Te quedaras?

-¿Quieres que me quede Briana?-Entrecerré los ojos, y le saque la lengua como si fuera una niña. ¿Porque lo preguntaba?-¿Es un si?

-¿No ves que si Edward? Seras ciego...

-Algunas veces-Le pegue con el codo en las costillas, se quejo.

-No hagan mucho ruido, mañana trabajo al igual que tu Briana-Sonreímos y nos dejo solos en la sala. Me encargue de cerrar la puerta bien, Edward estaba sentado en el mueble mirando fijamente el televisor. Me  acerque a el y tome asiento en su regazo.

-¿Todo bien?

-Si...-Acaricie su cabello y tiro su cabeza un poco hacia atrás para besarme. Lo detuve poniendo un dedo en medio de sus labios, quería saber que le había dicho a su familia antes de hacer otra cosa.

-¿Que le dijiste a tu padre?

-Que si, que estoy contigo... le hable de Amelie-Fue como si se había vuelto un cable con un alto voltaje porque me baje de el a la luz del rayo. 

-¿Que? ¿Que dijiste que?-También se levanto.

-Lo siento, pero era lo mejor que podía decir. No la verán, solo les dije que era padre de una niña y que pensaba casarme contigo-Trague fuerte y pase mis manos por el cabello.

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