Capítulo 26

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Channel me ayudó a darme una ducha, y a ponerme el camisón que tenía planeado utilizar después de dar a luz. Se lo había dicho a Clarissa y al parecer ella le informó a su hermana antes de emprender marcha hasta acá. Martha en cambio estaba en la sala con Amelie y Edward. Todavía continuábamos en la casa de Liliam y por más que me ha dicho que me marche mañana, no quiero. Debo llevar a Amelie para que la doctora Zara la chequee para ver si todo marcha bien. Por fuera parece estarlo pero era por las dudas.
-Todavía no puedo creer que se perdieron...-Dijo Channel llevando su dedo a la barbilla. Camine hasta ponerme frente al espejo, tome el cepillo que estaba en la cómoda y me lo pase aplacando un poco mi cabello-Tienes que caminar despacio...
-Puedo caminar bien, me duele, pero...-Se acercó a mi interrumpiéndome y llevándome lentamente a la cama. Caminar así no me gustaba.
-Pensé que te habías arreglado con el, que estaban de luna de miel follando de a duro...-Ladee la cabeza sonriendo, que pensamientos los de ella-Dime que Edward no esta fingiendo toda esa felicidad que se le ve en la cara...
-También quiero una respuesta para esa pregunta
-Menos mal que Jorge le prestó una camisa...-Le di por el hombro y necesite de su ayuda para levantarme.-Todavía me cuesta creer que en esta casa nació Amelie...
-Si-Mire la cama con melancolía. Aquí di a luz a mi pequeña, me retorcía del dolor y Edward estaba junto a mi tomando mi mano y dándome aliento. Es algo que nunca olvidaré.
-¿De verdad no tuvieron..?-Le volvi a dar en el hombro y se quejo a la vez que se reía. Cuando salimos de la habitación, estaban igual como los había dejado. Lo único que cambiaba era que Clarissa estaba mirando por la ventana, Edward era quien tenía a mi bebé cargada, y Jorge estaba en la cocina.
-Estamos listas-Informó Channel. Liliam se acercó a mi sonriendo, la abrace susurrándole las gracias. De no haber sido por ella, Edward me hubiese hecho el parto y... Gracias a Dios que apareció su marido y me condujo hasta ella. No quiero ni imaginarme que hubiera pasado de haber sido el.
-¿Tienen todo?
-Tenemos lo más importante-Dijo Edward levantándose con cuidado. Cargaba a Amelie con miedo, o eso parecía. Jorge le había prestado una camisa y le quedaba algo grande pero en fin, lo cubría. Martha estaba junto a el vigilándolo a cada momento, eso se lo agradecía mucho.
-Jorge muchas gracias-Tome las manos del esposo de Liliam y deposite un beso en su mejilla.
-No hay de que, esperó que nos hagan la visita pronto-Asenti sonriendo y cruzando mirada con Edward. Clarissa se acercó a mi tomandome del ante brazo, yo ladee la cabeza y por suerte ella entendió.
-Tu conducirás Edward Brooks-Dijo Channel cortante. Me había dicho que le caía mal pero que estaba re-bueno y que por eso podía perdonarlo. Simplemente así era ella.
-¿Yo? ¿Porqué yo? Quiero ir con Amelie-No, no, no. Se la quite de los brazos y subí con cuidado. Eran ya las 3pm y Zara a las 4pm iría al apartamento de nosotras para ver si Amelie había nacido perfectamente sana como yo queria. Se adelanto tres semanas y... Podía tener algo, y no quería que tuviera problemas. Como cada madre no quiere que su hijo/a nazca enfermo/a.
-¿Estas cómoda?-Me preguntó Martha sonriendome. Asentí y recoste mi cabeza de su hombro por un momento. Clarissa cerró la puerta y paso su dedo por la mejilla de mi niña hermosa.
-¿No te duele nada?-Preguntó ahora Clarissa. Sonreí, cuantas preocupaciones. Me hacían sentir querida, como lo era por ellas. No por Edward.
Me despedi otra vez con la mano de la hermosa pareja que cada vez veía más lejos. Tenían 25 años de casados, algo que no se estaba viendo mucho en este tiempo.
-¿No te volverás a perder?-Edward sonrió haciendo que mi corazón latiera más rápido, eso estaba mal.
-Me han explicado muy bien, no te preocupes-Que alivio. En el transcurso del camino no le quitaba los ojos a mi hija, era como un imán. Siempre quería mirarla y percatarme de que todo anduviera bien. Nadie en el vehículo de Clarissa hablaba, el silencio reinadaba pero no era incómodo. Cuando llegamos a la casa, Martha tomo a la niña de mis brazos para poder bajarme.
-¿Estas cansada?-Edward se encargó de cerrar mi puerta, y se posicionó detrás de mi. ¿Pensaba que me iba a caer? Idiota. Ya todo regreso como era antes, la burbuja explotó.
-Sólo quiero estar acostada
-Lo haras-Deje que Clarissa fuera delante de mi al igual que Channel, Edward decidió quedarse atrás para sostenerme si resbalaba o algo por el estilo. Subía lentamente y con mi mano en la barandilla, ahora si que me resultaba incómodo.
-Traemos a Amelie a casa, ¡que emoción!-Channel hizo que sonriéramos. Clarisa abrió la puerta y entramos, me senté cuidadosamente en el mueble recostando mi cabeza del respaldo. Por fin casa.
-¿Quieres agua?-Asentí.
-Es mejor que vayas a dormir Briana, tu pequeña esta en buenas manos-No dije nada. No queria irme, quería estar al pendiente de ella.
-Si ve descansa, cualquier cosa te avisaremos.
-Quiero estar aquí cuando Zara llegue-Si, una excusa para quedarme. Es que no era ninguna excusa, quería quedarme y punto. En la noche descanso, si Amelie me deja.
-Ya debe estar llegando, falta poco para las 4pm-Tome el vaso que me pasaba Channel, luego se sentó junto a mi cruzando sus piernas. Amelie comenzó a llorar, me asuste pero ¿No era normal?-Tiene hambre, hora de la comida
Estaba más que preparada como debía de darle el seno. Desde un principio dije que lo haría. Me levante dirigiéndome a la habitación, Martha, Clarissa y Channel me acompañaron.
-Entiendo, yo espero aquí, no se preocupen-Channel sonrió, me sente en la mecedora que tenía en la habitación para poder dormirla más rápido. Y así ambas relajarnos, Martha me paso a mi hermosa niña y sin vergüenza baje el camisón dejando ver mis senos. Estaban mucho más grande y ya se podrán imaginar porque era, y me los sentía pesado. Entre mi pezón en la boca de Amelie y auch, esto también dolía.
-Si, duele, pero es normal, se ira con el tiempo...-Arruje la nariz y observe como la pequeña chupaba con fuerza. Este dolor podía soportarlo, era menos fuerte que las contracciones. Eso era lo fuerte.
-Sólo falta Clarissa porque me de nietos-La chica se ruborizo y ladeó la cabeza.
-Ahora no mamá
-Tienes la edad sufiente, sólo falta un buen hombre-Sonrei, y mordí mi labio. El dolor no disminuía mucho que digamos.
-Ahora no estoy pensando en eso
-¿Y cuando lo harás hermanita? Te pones vieja-Clarissa le sacó la lengua a su hermana, y volvieron a mirarme.
-Deben madurar chicas
-Pronto lo haremos madre-Dijeron al unísono.
-¿Hablaste ya con Edward?
-Algo asi-Moje mis labios y mire a Amelie. Tan delicada y hermosa, su tez era blanca y los ojos lo tenía claros.
-¿En que quedaron?
-No quiero que su familia vea a mi hija...-Ya era tiempo de que ella supieran el verdadero "porque"-Lamento no haberles dicho pero... Fue Francesca quien me impulso a tomar la decisión de irme lejos de ellos y de el...
-¿Que?-Clarissa se acerco más a mi intrigada.
-Estaba en la cocina cuando todo paso, me amenazó con un cuchillo y me dijo que si no me iba al día siguiente, que mi Amelie lo pagaría muy caro...-La puerta se abrió de golpe dejándonos a todas sorprendidas porque no esperábamos esto. Edward estaba con los puños cerrados y su ceño fruncido. ¿Habra escuchado?
-¿Que Francesca que?-Trague fuerte. Si había escuchado.-No puedo creerlo...

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