Capítulo 40

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Hice lo que ustedes tanto me pidieron... Esperó les guste y me digan por favor que opinan del cambio de Edward :)

Edward Brooks
Me quede mirando su hermoso rostro, como le caía el cabello en su mejilla y aguanté las ganas de no ponerlo detrás de su oreja. Era tan delicada, tan hermosa... Y había caído otra vez. Channel fue la última persona en confirmármelo. Estaba enamorado. Bajé de la cama y tomé mi pantalón tratando de hacer el menos ruido posible. Necesitaba hablar con alguien, no soportaba cargar más este peso que cada vez se me hacia tan pesado. No era capaz de volverla a lastimar, fui un idiota. Un estúpido al pensar que podría quitarle a Amelie, un inconsciente al querer jugar con ella, y un animal si la volvía hacer sufrir. El que había caído aquí, fui yo. Por suerte, ella no sabía nada. Lo primero que iba hacer, conversar con otra persona. Soltar toda la sopa, tirar esta piedra al mar para que nunca regresé. Segundo, casarme con ella, quería que fuera mía, para siempre. Tercero, tener las gemelas. Quería una familia grande, y sería con ella precisamente. Sólo niñas, que se parezcan a ella totalmente. No la haría sufrir, mucho ha sufrido en lo que llevaba de vida. Muchas personas jugaron con ella, y la maltraron incluyéndome, pero ya no. Maldición, estaba tan arrepentido, tan arrepentido por esa idea tan estúpida que surgió en mi loca cabeza. ¿En qué pensaste Edward? Ya ella no necesitaba sufrir más, ahora debe ser feliz. Que sólo lloré de felicidad. Sólo eso, ¿Podrás lograrlo? ¿La harás feliz? SI. Me propondré eso.
-..Edward-Me detuve antes de tomar la camisa. Se había despertado, se veía hermosa desaliñada. Ya dije que era hermosa.. Edward callate. No repitas las cosas, me reprendí.
-¿Si?-Me senté en la orilla de la cama y pasé mi dedo por su mejilla. Cerró sus hermosos ojos, y bostezo.
-Te has despertado temprano-Le sonreí, tomé su mano y me la llevé a la boca. Quería poseerla ahora mismo.-Ya me dirás que tenías ayer?
-Estaba bien, sólo recibí un infome-Mentira, Dios que mentiroso era. ¿Tanto habitaba en mi las mentirás?
-Te pusiste así cuando Channel dijo...-La interrumpí pasando mis dedos por su boca e introduciendo mi pulgar para que lo chupara. Me excite al instante.
-Briana, te amo-Eso no era mentirá.
-También te amo
-Y me quiero casar contigo pronto-Sonrio, mi corazón se encogió. Lo tenía en sus manos. Que hiciera con el, lo que quisiera.-No sabes cuanto...
Se arrodilló acariciando mi cabello para luego besarme, respondí a su beso con la misma intensidad. Se puso a horcajadas sobre mi, y aproveché para levantarle el camisón de seda. No me cansaba de ella, cada vez quería más... mas, y más. Sus pechos quedaron libres y comencé acariciar uno y luego el otro, lo entré a mi boca y succione con fuerza. Sentí un sabor amargo pero no hizo que me detuviera, hice el mismo procesó con el otro y cada vez que la escuchaba gemir era como dioses cantando a nuestro alrededor. Bajé mis manos a su trasero apretándolo y después pasando mis manos sin separme de sus labios. Mordí su labio y tiré de su cabeza hacia atrás para obtener un mejor acceso a su cuello. Pasé mi lengua, e hice un camino de besos.
-Me gusta Edward...-Sonreí contra su piel, me estaba volviendo loco. Paso sus manos por mi torso desnudo y ambos miramos hacia abajo, mi erección.-También me gusta tu amigo...
-Se que te gusta-Lo acarició por encima de la tela y gruñi. Oh si, a mi amigo le gusta que lo acaricien, y más si eres tu. Me levanté de la cama, y la coloque sobre ella. Tiré su braga, y soltó un chillido. Río y se llevó sus manos a la boca. Saque mi miembro por el zipper, y recordé algo. Preservativo. Revise mis bolsillos pero nada, ella se apoyo de sus codos y se quedó mirándome.
-¿Qué pasa?
-Condón, no tengo-Se levantó de la cama y admiré su precioso trasero, nunca me cansaría de verlo. En una sola palabra era precioso. Regresó con uno en la mano, contoneaba de más sus caderas haciéndome casi estallar. Lo movió varias veces y con su sonrisa victoriosa.
-Una mujer preparada
-No cambies nunca ese hábito de serlo-Deposite un beso introduciendo mi lengua y la tiré en la cama. Sin apartar la mirada de la de ella, abri sus piernas y pase mi dedo por su clitoris. Estaba muy mojada, lo frote más y me detuvo la mano.
-A ti, ahora-Rompi el envoltorio y coloqué con cuidado el condón. La penetré y observe como apretó el edredón. Me comencé a mover lentamente para después ir aumentando. Lleve mis manos a sus pechos y tiré de sus pezones ya erectos. Contemplé como se movían con cada embestida, se arqueó y cerró los ojos.-Casi..
-Dámelo-Comence a pasar mi dedo por su clitoris, y lo alcanzó. Di dos embestidas más y también lo alcancé. Salí de ella y quite el molestoso plástico, cuanto desearía que ella se protegiera para yo olvidarme de esto, pero en cuanto nos casemos, no tendremos que preocuparnos por eso. Buscaríamos las gemelas.
-No te vayas...-Su débil voz hizo que me volteara, me llamó con su mano y palmo a su lado.-Aún es temprano
-Buscaré agua-Asintio. Cerró sus ojos, y la cubrí con el edredón.
-Gracias, esperó que regreses y no te vayas...-Guarde a mi amigo otra vez, y abrí la puerta. Lo primero que escuche fue un grito, mientras avanzaba me encontre con una horrenda escena de sexo.
-¡Edward!-Se cubrieron pero ya había retrocedido. Moví mi cabeza a los lados, parecían caballos. No describiré. Cerré la puerta y me recoste llevando mis manos a la cara.
-¿Qué pasó? ¿Estas bien?
-No, no lo estoy-Briana se bajo de la cama al escuchar lo que había dicho, trató de quitarme las manos de la cara.
-¿Qué paso? No me asustes...
-Acabó de ver a Channel... y a Mateo... en pleno acto...-Briana en vez de decir algo como "Te compadezco" o "Dios que asco", se comenzó a reír. No paraba, nunca la había visto reír asi. Se rodeó el abdomen y se encorvó un poco, comenzó a darle a su pierna y cuando levantó la mirada. Estaba llorando, me crucé de brazos. Me molestaría si lo estuviese haciendo otra persona, pero con ella era muy diferente. Hasta queria grabarla, y como estaba desnuda no lo haría.
-¿Te excitaste?-Limpio sus lágrimas, eso sería imposible.
-¡No!-Comenzó a reírse otra vez.
-¿Y cómo estaban? ¿Lo viste bien?
-No continúes Briana... No, no-Movi mi dedo anular a los lados.
-¿Gimieron? ¿Le hacia el oral?
-Briana por Dios no continúes-Se acostó en la cama, creó que le dará algo. No se detenía.
-¿Mateo lo tiene grande?-Eso me afectó. ¿Por qué demonios eso le tendría que interesar? Al ver mi rostro practicamente explotó en más carcajadad.-Edward... tu... cara... deberías... Verla...
-Te mostraré como estaban-La tomé por los pies y la inmovilice con mi cuerpo.
-Si por favor...
-Te amo-Me nació decírselo desde lo más profundo.
-Mucho-Sonrio, y me senti el hombre más feliz del mundo.
La amaba, otra vez.

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