22.

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Espere sentada en la silla de la cocina mirando a la ventana del jardín trasero, no despegaba la mirada por ni un segundo. Andy estaba arriba viendo televisión con volumen hasta el máximo, se lo pedí yo. Jeff no entraría aquí, solo que cuando discutimos los gritos se oyen de aquí a China y no quería que Andy se enterará de su existencia, por más que duela, no quiero que mi hijo sepa que fue creado por un hombre lleno de odio. Cerré los ojos aguantando las lágrimas, si tan solo todo esto fuera normal, Jeff tendría un trabajo, una casa, podría caminar por la calle sin un cuchillo en sus manos, sin tener que quitar otra vida más, quizás no estamos juntos pero si él viviera otra vida podría decirle que tiene un hijo, lo haría sin dudarlo.

Me sequé los ojos con el pulgar, no quería que Jeff me viera así, no le daría importancia tampoco. Mis ojos se elevaron otra vez a la ventana y veo dos siluetas entre los árboles, una pequeña silueta al lado de Jeff, me quedo sin habla. No creo que sea molestia lo que sienta, si las cosas fueras distintas, me hubiese gustado que Jeff también llevará a su hijo de esa misma manera, otra vez más ganas de llorar llegaron a mi. Deje la taza sobre la mesa, dude si debía salir o esperar a que se planten en la puerta. Negué la cabeza y salí con la cabeza en alto, como si no me afectara. Cada vez me acercaba a ellos. Valeria, tenía un peluche en sus manos, estaba desgastado por los años al igual que también me faltaba un ojo. Tenía su cabello amarrado con dos coletas a los lados con un vestido rosado que estaba sucio. Más motivos para que se quede conmigo. El corazón se me acelera al pensar que mi hijo a esta a unos metros de nosotros y que pueda bajar gritando mamá. Apreté mis manos que estaban sudadas por el nerviosismo, no tenía nada más la niña que pudiera llevar consigo.

Quedamos frente a frente, tenía mis manos en la cintura sin dejar de ver a Valeria, sus ojos eran verdes, la piel era la misma que a la de su padre, un cabello liso y largo hasta la cintura. Me vio con ojos tímidos, me observa de arriba a abajo como cualquier niño mira a una persona que acaba de conocer. Hay algo raro, siento algo que no va aquí, lo dejo pasar para no hacerme ideas locas en la cabeza.

— Tu eres Valeria.- Dije dándole una sonrisa. Se pone detrás de las piernas de Jeff, le doy una mirada rápida a él antes de agacharme quedando a su altura.- Mi nombre es Nina, un gusto.- Levante mi mano para estrecharla, dudo un poco antes de hacerlos. Su mano era como de una muñeca de porcelana, eso me hizo sonreír.

— Hola.- Dijo tiernamente aferrando su peluche a ella.- Jeff, tenías razón.

Me puse de pie está vez mirando a Jeff con una sonrisa burlesca cruzando los brazos.

— ¿Qué decía Jeff, cielo?.- Él maldijo por debajo y reí negando la cabeza, le dio una mirada asesina a Valeria que se cubre la boca para reír.

— Dijo que eras muy bella y buena con las personas, y que por eso me va a dejar contigo.-

¿Juntos, jeff? 3.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant