Capítulo 3

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Nos fuimos a la cama a la una de la madrugada, pero no nos dormimos hasta las tres. Durante todo el tiempo que pasamos en la cama sin poder dormir no dijimos nada, nos limitabamos a pensar en como iba a cambiar todo y en todos los recuerdos que teniamos juntos.


A las nueve de la mañana una voz familiar me despertó, la voz de mi madre.

-Sara, cariño, sal al salón. - susurró mi madre para no despertar a mis amigos que estaban durmiendo - Tu padre y yo ya nos vamos, sal a despedirte.

Salté de la cama de un golpe y corrí hacia el salón. Allí se encontraba mi padre, charlando con los padres de Sofia, olvide decirlo, los padres de Sofia y los míos son muy amigos.

-¡Buenos Dias! - me saludó mi padre con un abrazo.

-¿Os vais ya? -le pregunté separandome de su abrazo ignorando su saludo y su muestra de cariño completamente.

No quería se antipática, solo quería acabar con esto cuanto antes.

-Tranquila, ¿que prisa tienes en perdernos de vista? - bromeó mi madre sonriendome

-Perderéis el avión... - murmuré

-Está bien... Si tanto te preocupa... Toma - mi padre me entregó una carpeta - Es el pasaporte, el billete y todo lo que te hará falta para coger el vuelo del miércoles que viene.

¿El miercoles que viene? ¿Tan pronto? Joder...

-¿Una semana? - pregunté cogiendo la carpeta, un tanto insegura.

Mi padre miró a mi madre rascandose la nuca pero no respondió a mi pregunta, supongo que tenía claro que yo ya sabía la respuesta.

-Es lo que acordamos... - aclaró mi madre - Ahora, ¿nos das un abrazo para que nos podamos ir tranquilos?

Abracé a mi madre y a mi padre luego nos separamos, y se dispusieron a salir por la puerta. Un cumulo de sensaciones extrañas recorrieron mi estómago al darme cuenta de lo que estaba pasando, de lo que realmente pasaba... California, nueva vida. Un golpe de la realidad.

-¡Nos vemos dentro de una semana! - se despidió mi madre sacandome de mis pensamientos y yo forcé una sonrisa despidiendome con la mano.

-¡Eso! ¡Ni se te ocurra escabullirte y no coger el avión! - bromeó mi padre y me guiñó un ojo antes de salir por la puerta y cerrarla tras él.

Vale, ya no había marcha atrás... Y eso estaba empezando a deprimirme.
Hora de distracción, hora de despertar a mis amigos.
Corrí al cuarto de Sofía para hacerlo.

-¡Chicos! ¡Mis padres ya se han ido! - les grité al entrar a la habitación haciendo que despertaran de un golpe.

-¡Joder Sara! ¿Era necesario que gritaras tanto? - me riñó David mientras se sentaba en la cama y se frotaba los ojos.

Amargado.

-¡Tengo las llaves de mi casa! - anuncié ignorando completamente a David y las chicas me miraron con cara de "You know what that mean, baby"

Nos vestimos y nos arreglamos lo mas rápido que pudimos. Salimos a el salón, cogimos galletas, magdalenas y todo lo que pillamos y salimos de casa Sofia.

Ibamos por la calle comiendonos todo lo que cogimos en casa de Sofia.

Llegamos a mi casa.

Todos nos sorprendimos al abrir la puerta.
Yo noté como si me pegaran una pedrada en el estómago, no quería dejar mi casa... Verla a si me dejaba claro que ya no era mi casa, solo era un lugar vacio que guardaba los recuerdos de toda mi vida y que ahora se esfumaban.

Yo no solía ser así     [Magcon Boys] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora