Capítulo 61

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Observé atenta como Hayes recogía las galletas de chocolate del suelo mientras no paraba de reírme.

-Eres imbécil. - me fulminó con la mirada mientras se sentaba en su nuevo asiento (el de mi lado) para luego esbozar una sonrisa disimulada. - Esos calmantes para dormirte que te ha dado la enfermera no te han sentado muy bien...

Me sentía drogada, estaba drogada. Por alguna razón super guay todo era gracioso y feliz y bla bla bla...

-Hayes, te voy a confesar algo. - le sonreí cogiéndole ambas manos y él las miró confuso. - No te lo quería decir porque soy una chica que no dice estas cosas pero ahora me siento feliz así que ahí va.

Hayes asintió y yo me mordí el labio.

-No te lo he dicho nunca pero... - empecé - Estas muuuuuuy bueno y no lo digo de mentira, el azul de tus ojos es más brillante y bonito que mi futuro, ¿te puedo tocar los globos oculares? Apuesto lo que quieras a que están blanditos.

-Deberías dormirte. - rio cogiendo una manta que me había caído al suelo y cubriéndome las piernas, que estaban pegadas a mi pecho por lo cual parecía un capullo de mariposa... Jajaja, capullo.

-No quiero dormirme, ya no tengo miedo de que el avión caiga y muramos todos, quiero seguir hablando contigo, me encanta hablar contigo... - pestañeé varias veces y él negó con la cabeza mirando nuestras manos, que seguían entrelazadas. - ¿Por qué te gusto?

Él levantó la vista a mis ojos sobresaltado y murmuró un "¿cómo?"

-Pues, ya sabes, ¿por qué? - pregunté ladeando la cabeza y entrecerrando los ojos. - Es decir, tu eres Hayes Grier, la super estrella de internet. Millones de ojos puestos en ti, millones de chicas adolescentes mucho mejores que yo muriendo por tus huesos y tú...

-Pero apareciste tú. - respondió. - La verdad es que tenía el ego por las nueves por eso de ser famoso a los 15 años, pero tu de algún modo me pusiste los pies en la tierra. Aprendí que no todo es fama y dinero, aprendí que el amor no es solo una especie de contrato que tienen los famosos para ganar fama y más dinero todavía, cuando te ví por primera vez lo supe.

-Cuando te vi por primera vez pensé que eras un capullo... Me acababas de atropellar con la bici. - reí por la bajo.

-Bueno, me refiero a la primera vez que hablé contigo. Tenías las mejillas sonrojadas, llevabas el pelo ondulado y mucho más corto que ahora. La forma en que me mirabas y observabas detenidamente todos mis movimientos... Casi al instante supe que... No sé, estaba completamente colado por ti. - apartó la mirada unos segundos y miró había abajo sin decir nada. - Y lo sigo estando, solo que ahora todo es mucho peor.

Me mordí el labio notando un extraño sentimiento en el pecho. Tal vez era culpabilidad, o nostalgia por recordar aquellos momentos, el caso era que no me gustaba sentirme así, me hacía sentirme culpable, muuuy culpable.

-Hayes... - murmuré y él me miró forzando una sonrisa. - Sabes que, aunque yo esté saliendo con Matt puedes contar conmigo para todo, ¿verdad?

-Lo se. - sonrió.

-Bueno, pues no lo olvides porque eres mi mejor amigo y te quiero muuucho. - le sonreí. - Y una cosa más, no quiero ser entrometida pero llevo pensando en ello desde que me lo dijiste hace meses y, bueno... ¿Vas a salir con Sofía?

***

Menos mal que no le dije a Matt que las habitaciones eran mixtas.

Miré las paredes de color crema de la habitación, dos camas decoradas con unas suaves sabanas blancas estaban a cada extremo de la habitación. Enfrente había un televisor de plasma colgando de la pared. Solo había un armario en la habitación pero eso no suponía ningún problema. El baño era grande, tenía una especie de bañera-jacuzzi redonda, un espejo gigante y un lavabo de esos con sensores al igual que el retrete. La habitación también tenía una ventana gigante y con unas vistas geniales de la ciudad.

Yo no solía ser así     [Magcon Boys] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora