Capítulo 68

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-¿Estas segura de que quieres hacer esto? - me preguntó Collen cuando llegamos al vecindario de Matt y yo la miré por un par de segundos antes de asentir no muy convencida.

Debía hacerlo, por Matt, por mi, por Hayes, por todo el mundo, debía hablar con Matthew. A pesar de que el vacío en mi pecho me advertía de que no era bueno hacerlo. Pero debía...

Solo quedaba yo, Hayes no iba a sacarme de esta, nadie iba a hacerlo... Necesitaba hacer algo moral por una vez...

-Te espero aquí... - murmuró y yo volví a asentir tragándome el nudo en mi garganta y empezando a caminar hacia la enorme casa.

A medida que dejaba a Coll a mi espalda me temblaban más las rodillas, estaba aterrada por lo que pudiera ocurrir, porque no sabía que iba a decir...

Sabía lo que se avecinaba cuando vi aquel camión de mudanzas frente a la casa de Magcon, y me quedé sin respiración al ver a Matt salir por la puerta de madera con dos cajas de cartón en los brazos, pero él no me vió, estaba demasiado lejos...

De repente tuve la necesidad de correr a él, pedirle que me perdonara, darle todas las explicaciones que me llevaron a esta situación, que me llevaron hasta Hayes. Pero no podía... No pude moverme al ver sus ojeras, sus ojos rojos y labios amoratados, la tristeza en su cara, el dolor... No pude moverme cuando sus ojos se clavaron en mi, cuando dejó las cosas en el maletero..

-Matt... - murmuré casi inaudiblemente y su mirada desgarradora hizo que me temblaran más las piernas.

Su mirada de odio, de asombro, de decepción me destrozó las entrañas, pero me hizo despertar del shock que me había provocado verle tan triste, prefería que me odiara a que estuviera triste.

-¡Vete! - rugió apretando los puños y noté como algo en mi interior se rompía. - ¡Sal de mi cabeza! ¡Sal de mi vida! ¡Te odio!

Y sin darme cuenta estaba caminando a paso firme hacia Matt mientras él me gritaba que me fuera.

-Vete... - murmuró cuando estuve plantada frente a él, intentando que sus duras peticiones no hicieran derrumbarse las barreras que previamente había creado a mi alrededor para que sus palabras no me afectaran pero esas barreras, esos muros de piedra se estaban agrietando.

-Tenemos que hablar... - afirmé intentado sonar fuerte pero mi voz tembló al final.

Él se mordió un labio y no fue difícil distinguir el dolor en forma de lágrimas que se acumulaba en sus ojos y hacía que mi corazón se partiera.

-¿Lo quieres? - preguntó apartando la mirada de mis ojos, intentando que no me diera cuenta de como se sentía.

Y esa duda llegó a mi cabeza... Llegó a mi cabeza porque me lo había estado preguntando desde que lo besé, incluso antes de todo... Porque a pesar de que me negara a admitirlo, ese "y si..." siempre me estuvo atormentando... Pero cuando pensaba en ello ese dolor atronador me ensordecía, me impedía pensar on claridad.

-No... No respondas, ¿vale? - murmuró dándose la vuelta y empezando a caminar hacia el interior de la casa otra vez, pero yo lo seguí.

Necesitaba seguirlo, necesitaba consolarlo, necesitaba decirle que lo quería y que podíamos salir de esta pero no podía hacerlo, quería que fuera así pero no podía.

Entró a la casa y cogió otra caja, pero cuando se dió la vuelta se vio parado por mi cuerpo obstruyendo el paso.

-¿Te vas? - pregunté sabiendo la respuesta y él apretó los labios mirando al suelo.

Yo no solía ser así     [Magcon Boys] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora