Preocupación

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-También me gusta cuando te pones así. Eres tan linda.
-Aquí están sus cafés señoritas, ¿gustan que retire sus platos? -interrumpe el mesero.
-Si por favor, gracias -responde Jenny.
-Eres una mujer muy educada.
-No te fijes, solamente cuando me lo propongo -ambas sonríen.
-Bien, me gustaría continuar con lo que comencé -Carol se sonroja aún más-, me refiero al caso de anoche, pero claro, ya tendremos tiempo para eso.
-Lo siento -a Jenny le parece muy tierno las reacciones de Carol.
-...Nos avisaron unos testigos que conseguimos en ése momento, hacia dónde había dirigídose el sospechoso. Partimos unos cuántos en su búsqueda. Nos engañó en la persecución. Al final me quedé sola al seguir otro camino diferente hacia donde se supone que ganó. Los demás se fueron pisándole los pies. Yo di con él, pero, así como contigo... Di a un lugar aún más obscuro, era ya un baldío. Tuve un enfrentamiento, unos cuántos golpes, casi nada, ninguno salió herido pues supo cómo huir. Aparentemente no quiso lastimarme, no lo he dicho en la jefatura.
-Saliste viva, es lo único que importa.
-No te creas chiquilla, hay muchos detalles, por ejemplo el buen engaño que hizo, es alguien muy inteligente, volverá a atacar de eso estoy segura. Además de que no quiso lastimarme, ¿por qué?, no lo sé. Sigue suelto y el caso está en mis manos, ya que fui yo quien dió con él por un par de minutos. Sabe perfectamente lo que hace.
-¿Crees acaso lo que hará?
-Aún no se sabe, hay evidencia si, pero no la suficiente para saber a qué atenernos, por lo menos no hasta que se muestre de nuevo y deje más rastro.
-Pues, dices que violó a una prostituta, la lastimó hasta la muerte. Dejó dinero tirado pagando su servicio. Es cierto que volverá. Es adicto al sexo, por lo menos es una posibilidad. Su ataque será parecido.
-¿Cómo lo sabes?
-Se vió satisfecho esa noche, y querrá más.
-¿Cómo puedes saber lo que siente y lo que quiere?
-Vamos Jenny, no hay que ser súper inteligente. Sólo espera y compruébalo por ti misma.
-Me vendría bien una ayudante como tú, lástima que ya tengo.
-Oh sería genial, pero no, ser policía no es lo mío.
-Podría conseguirte un puesto para empezar...
-Para nada. Mi vida no se lleva con eso y he tenido muchos antecedentes, más bien los tengo.
-¿Eres o has sido una delincuente?
-Si, bastante, he robado ya muchos lápices y gomas de borrar cuando asistía al colegio -ambas sonríen soltando un poco la tensión de hace un momento.

Les traen unos pastelillos de postre, los comienzan a comer en silencio, a pesar de lo relajadas que se han mostrado nuestra pareja, casi toda la noche han sentido muchos arrebatos de nervios, el cómo se ven, el qué piensa la otra, el no parecer tontas, el no ensuciarse al comer, el caminar bien y natural sin parecer toscas, el que no se noten los nervios, el no reír a carcajadas, el no parecer tan serias, el buscar un buen tema de conversación, todo esto ha atormentado a ambas sin saber una que la otra se siente igual.

-Me agrada andar por estos lugares.
-¿Por qué? -cuestiona Carol curiosa.
-Pues, la verdad es que no quiero que mis compañeros de trabajo sepan de ti.
-¿Por qué?
-Me molestarían con ello el resto de mi vida, literal claro.
-¿Yo... Te avergüenzo o te incomodo de alguna forma? -pregunta Carol con tristeza.
-No para nada chiquilla, sólo que, son muy entrometidos en las vidas ajenas, no se ocupan de las suyas propias -al decir esto se acerca atravesando la mesa por segunda vez para besarla de nuevo.
-Claro, por eso has escogido lejos para vernos.
-No te ofendas chiquilla, mi vida personal e íntima es sólo de mi incumbencia.
-¿Y de mi incumbencia no?
-Si, ahora también... Sabes, ya es tarde, este... ¿Quieres que te lleve a casa?
-¡No! Quiero decir que estamos a dos horas de ahí, no quiero que me vean llegar con alguien, no quiero ponerte en peligro, además es mi noche libre, no quiero estar en casa.
-Perfecto, entonces vamos a la mía.
-¿Segura? Bien, no me hago del rogar.

Al pagar la cuenta, salen, Jenny lleva a Carol de la mano, compran varios aperitivos, Carol no se da estos lujos y debido a eso se emociona, Jenny al darse cuenta le compra muchas cosas excusando que dormirán tarde. La ha invitado a ver películas, aunque no necesariamente Jenny realiza actividades en su casa que la gente hace normalmente, como ver televisión, cocinar, hacer la limpieza de la casa o lavar ropa, pues siempre está fuera y paga por servicios hogareños.

-Vienes muy pensativa chiquilla -Carol se sobresalta con el comentario.
-No me gusta que me digas chiquilla.
-¿En qué piensas? -le pregunta nuestra detective pasando por alto la queja de Carol.
-Pues... -al llegar a un semáforo Jenny aprovecha soltando su cinturón de seguridad y tomando con su mano izquierda por la cintura a Carol trayéndola hacia sí y besarla con pasión.
-Si, eres mi chiquilla especial. Lo eres, mi chiquilla tierna -el color de las mejillas de Carol ha cambiado totalmente a un rojo intenso.
-Estaba pensando en el que mató a la prostituta, sólo que nadie me ha hablado antes así, no había sentido esto por nadie y me cuesta concentrarme cuando estoy contigo.
-Sabes, me siento emocionada contigo -dice Jenny en un susurro a la oreja de Carol antes de que el semáforo se ponga en verde, abrocha su cinturón y avanza hacia la casa.

Delito no evidenteWhere stories live. Discover now