Impacto

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-¿Có-mo que fallecieron? -muy difícilmente formula la pregunta Jenny.
-Estaban con el cuerpo del auto incendiado. Y cuando llegaron los demás oficiales ellos ya no estaban, sólo el auto de Ryan, se hizo una búsqueda en todo al rededor, tardaron dos horas en encontrarlos, Anne había sufrido varias heridas al hombro con cuchilla -le explica Carl.
-¿Cuántas? -exige Jenny.
-Jenny, creo que...
-¡Cuántas!
-Doce en total. El sangrado fue lo que la llevo a la muerte.
-El muy imbécil la tomó por la espalda, que idiota tan cobarde -escupe nuestra agente-. ¿Qué pasó con Andy?
-Cuando lo encontramos había sido arroyado. No tenemos la menor idea de cómo pudo haber sucedido-le explicó Betsy-, tenía una contusión muy grave, era una hemorragia cerebral que le impedía recordar algo después del accidente.
-Por esa razón no lo mató el asesino, quería que sufriera -termina amargamente Ryan.
-Pero no llegó al hospital, murió en el camino -cierra Carl.
-Ahora bien, la chica del auto que en realidad estaba fuera del auto salió en llamas intentando apagar el fuego o pidiendo ayuda, el asesino la semi decapitó aún estando en llamas. Encontramos que era compañera de apartamento de la chica que encontraron en la bolsa.
-Está sobre pasando todo el asesino.
-Esto se vuelve más complicado.
-Y lo será peor, lo siento, hasta que encontremos nuevos sustitutos van a tener que trabajar así.
-¿De qué habla jefe? -pregunta Ryan intrigado.
-Ya no están Andy ni Anne y bueno, Jenny ha sido sustituida del caso.
-¡No puedes hacer esto! -exclama nuestra detective dolida y furiosa.
-No ha sido orden mía, cálmate. Sabes bien las reglas, tus emociones te impedirán trabajar con profesionalidad y buscarás venganza.
-No sabes eso.
-Como sea no ha sido orden mía y todos vamos a acatar -observa a todos antes de irse-, sigan con el caso.

Jenny parpadea unas cuantas veces, está muy furiosa, pero se siente desmayar, Anne ha muerto, su compañero Andy igual. Peor aún, Carol ha dejado de existir. Sabe que tiene que atrapar al asesino. Hará lo que sea por encontrarlo.

-Cuando lo atrapen debes llamarme Ryan, que suerte que sigas con el caso.
-He tenido que mostrarme indiferente ante la muerte de ambos -dice apretando los dientes.
-Quiero ver a Anne.
-Jenny, lo mejor es que no la veas. El asesino regó en su cara ácido sulfúrico, unos mililitros fueron suficiente y bueno, ella está irreconocible -le sugiere Betsy.

Jenny se queda pasmada. No sabe qué decir ahora, intenta tomar un poco de aire y pensar bien las cosas.

-Sigues aquí, toma, es tu boleto directo a Phoenix, sale a las once, deberías empacar ya.

Esto sólo ayuda a que Jenny decaiga aún más, ella no quiere irse, pero nada hay que pueda ayudarle, se va a su oficina a retirar lo poco que tiene ahí. Sus compañeros la dejan ir sin decir nada, saben que no tiene caso siquiera decir una palabra de consuelo.
Estando en su oficina por última vez siente cómo su cuerpo le pesa poco a poco con más intensidad, sus párpados insisten en cerrarse y no abrirse nuevamente. Otra situación así hace que Jenny no quiera seguir respirando. Empaca lo que puede y sale rápido para evitar despedidas.

-Suerte -le dice Carl con una sonrisa en la cara difícil de explicar.

Jenny no dice nada ante eso, se limita a observarlo durante unos segundos que parecen horas, con esa expresión de Carl jamás olvidará cuán amargo ha sido su último día ahí. Carl no esconde su desagrado hacia Jenny, como si eso realmente le importara a ella.

Busca a Edmundo para su salvación, con suerte pueda seguir luchando por vivir bien.

-Lo lamento es tonto y no sé qué decir en verdad Jenny.
-Es complicado cómo la vida se empeña por hacernos presenciar y sufrir con varias muertes, dice que una no es suficiente.
-Siempre tienes y tendrás el control de tu vida, decides siempre si liberarte de todo o vivir con esos fantasmas todo el tiempo, no tienes porqué ser tan dura Jenny.
-¿Cómo habría de liberarme cuando las personas desaparecen definitivamente de mi vida? Te extrañaré mucho hazme un favor Ed.
-Lo que quieras Jenny.
-No te mueras. Eres el único que queda en mi vida.
-Iré a visitarte en un mes.
-Te esperaré luego de tres meses, necesito tiempo, hasta pronto.
-No moriré, lo prometo -dice Edmundo sonriendo.

Delito no evidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora