Una más, o dos...

110 8 1
                                    


-Se supone que deben estar trabajando y llego para encontrarlos recargados en sus autos.
-Jefe, Jenny no se ha sentido bien al ver el cuerpo, también la necesitamos para...
-Si, ¿pero no pueden vivir sin ella? Es su jefa y ustedes obedecen órdenes.
-Jefe, ella nos ordenó que iríamos los cuatro -se molesta Anne por la extraña reacción del jefe.
-¿Qué han averiguado? -Carl sigue retándolos.
-Bueno jefe, fuimos a dos direcciones que encontramos en internet en la página de Carnes Boston, y resulta que es una máscara para el negocio con prostitutas.
-Rayos -dice Carl mientras observa los restos del cuerpo en la bolsa-, que asco. Está incinerada, alguien se tomó la molestia de guardarla después de asarla.
-¿Qué? Jefe... ¿Quién le dijo que es mujer? -le cuestiona Anne con mirada acusadora.
-Pues ve, es, para mi es obvio. Es decir, me están diciendo que iban a una dirección cerca de aquí de las Carnes Boston que maneja Papi, lo de Papi me lo dijo Betsy, entonces encuentran restos incinerados, ¿no es lógico que sea una prostituta?
-No es lógico para mi jefe.
-No tienes mucho cerebro Ryan.
-Dejen que los forenses se encarguen de esto, y vuelvan al trabajo.
-No sé que le pasa hoy, pero si no se ha dado cuenta Jenny no se encuentra en condición -le reclama Anne.
-No me interesa, vayan ahora, es una orden. Quiero que encuentren el lugar donde la quemaron.
-¿Qué? Pero...

Se quedan frustrados, saben que les va a costar mucho eso pues tienen que esperar a que los forenses les den las pistas y aunado a eso, todavía lo que tienen que investigar.

Los cuatro retoman de nuevo su camino, dejan a nuestra detective en el auto, con un poco de aire pues se ha puesto algo pálida. La información que consiguen no les sirve, ahora Anne ha sido quien ha tenido que fingir que busca una chica para sus necesidades sexuales.

Al tener la información sobre la renta de prostitutas muestran sus placas y piden ver personalmente a Papi. A lo cual los dirigen por varios pasillos largos y un elevador bajo tierra.

-Los he recibido y antes que nada exijo sus nombres.
-Detective Anne.
-Ryan.
-Andy.
-Llámenme Papi. Ahora por favor tomen asiento señores, y señorita -hace una observación hacia Anne.
-Nos estaba esperando.
-Así es señorita, mis empleados fueron estúpidos para caer ante unos policías, claro que no han sido los únicos, pero si me dejan halagarlos, han sido los primeros que vienen hasta mí, siempre descubríamos que eran policías encubiertos.
-No había escuchado antes de usted.
-Este lugar no es el único con grandes edificios vendiendo "carne" -hace un buen énfasis-, también vendo dulces, y zapatos, y ropa de hombre claro. No siempre estoy en el mismo lugar.
-Entonces tiene mucho dinero -observa Andy.
-Más de lo que pueden ganar en tres años los tres juntos.
-Deje su formalidad "señor Papi", venimos a interrogarlo.
-Puedo escapar en menos de cinco minutos detective Anne.
-Y no es lo que queremos, no llegamos para arrestarlo, solamente y seguramente que ya se ha dado cuenta de alguien que anda tras sus mujeres.
-Vaya, así que buscan al maldito asesino.
-Le propongo un trato Papi, si nos ayuda en este caso tendrá unas cuantas horas para escapar ante un arresto, tomando en cuenta que sólo necesita cinco minutos, su compañía de Carnes desaparecerá y si quiere volver tendrá que vender otra cosa.
-¿Qué tengo que hacer a cambio?
Darnos toda la información de las chicas ya muertas.
-Trato hecho.
-¿Sabe de alguien que quiera perjudicarlo directamente? -pregunta Andy.
-Si alguien anduviera detrás de mi habría balazos, explosiones y demasiados civiles muertos queridos policías, este asesino no anda tras de mí.
-Tal vez algún cliente insatisfecho -se aventura Anne.
-Nada, tenemos datos de cada cliente y si acaso fuera uno, me conocen y saben de lo que soy capaz, ya estaría muerto, los tengo vigilados a veces, entonces, cuando ustedes sepan que ha sido un cliente, lo encontrarán fuertemente torturado, mutilado, carcomido, desintegrado y todo lo que sus pequeñas mentes puedan siquiera llegar a imaginar, le haré detalladamente lo que ha hecho con cada una de mis chicas. Él no viene por mí, por venganza ni nada parecido, pero aún lo que no sabe es que le busca cinco patas al pez.
-Rayos, un pez ni tiene patas.
-Exacto Andy.
-¿Las chicas llegan a usted por trabajo o las fuerza?
-Es hora de tomar mis cinco minutos Ryan. Recuerden, tenemos un trato, pueden pedir más información cuando lo necesiten, también los estaré vigilando y sabré cuándo tomar esas horas para huir, cuando hayan atrapado al asesino entonces me buscarán a mí, no antes. Soy hombre de palabra, hasta nunca.

Antes de irse uno de sus hombres se acerca a Papi para decirle algo al oído, dura un poco y Papi parece furioso, aunque su cara siga impasible.

-Bien, detectives, hay un carro incinerado debajo de un puente en el río Rou hacia el noreste a media hora, deberían ir a ver, les dejo al asesino en manos, es su caso pero ahora, cuando lo atrapen haré todo lo que sea necesario por quitárselo a ustedes y hacer ley propia. Suerte.
-Gracias -le dice Anne amargamente.
-Dense prisa, parece que hay alguien más, con suerte le salvan la vida -se burla amargamente.

Delito no evidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora