La quinta

76 5 1
                                    


—Hey, dormilona. ¿te encuentras bien? —pregunta Edmundo algo preocupado mientras nuestra detective apenas distingue algo al abrir los ojos.
—¿Dónde estoy Ed?
—En casa, he venido a visitarte. Con urgencia luego de la llamada con tu amiga por supuesto. Me ha sorprendido tanto que no me tuvieras informado sobre su romance y ella fue tan... No sé cómo decirlo, me preocupé mucho por ti.
—Que va, solo estaba muriendo. Estaré bien.
—¿Quieres explicarme lo de tu nueva relación?
—¿De qué demonios hablas?
—De Norris.
—No es nada de mí, sólo mi compañera de trabajo.
—Si claro, ahora así se le dice.
—Basta Ed, ¿cómo podría andar con una mujer que me ha obligado a hablar a base de torturas?
—¿Su relación es sadomasoquista? Cada vez me sorprendes más.
—Deja de jugar, anda hazme una revisión completa.
—¿Para que?
—Norris me torturó Ed, ya te lo dije.
—Creí que bromeabas.
—Pues no. Mira.

Nuestra detective le muestra las tenues huellas de dolor que le hizo Norris. Y varias veces se queja de un dolor ligero. Aunque no es grave nuestra detective lo ha asociado con dolor emocional que la ha dejado "marcada" y por ello exagera un poco.

—¿En verdad te ha puesto una mano encima?
—No sólo una y no solo las manos.
—Jenny, si Norris te lastima de esta manera lo mejor es que dejen su relación y se dediquen sólo al trabajo.
—¡Que no hay ninguna relación Ed! Lo nuestro es meramente profesional y ya, es todo.
—¿Por qué te hizo esto? Digo, son solo unos pellizcos pero igual, ¿por qué querría lastimarte? ¿Qué es lo que no me estás contando Jenn? Esto no es algo meramente profesional.

(Llaman a la puerta)

—Seguro es ella. No quiero verla.
—Puedo decirle que estás dormida que vuelva más tarde.
—Es necia, mejor abre la puerta.
—Conozco a alguien más necia —le sonríe Ed con complicidad.

—Hola Ed
—¿Ya vamos con familiaridades? Perdona que me he perdido.
—¿Ya despertó Jenny?
—Apenas hace un momento.
—¿Han hablado?
—¿Disculpa? No es que la hayas dejado muy bien.
—Entonces ya.
—¿Qué demonios te pasa? ¿Sobre qué tendríamos que hablar?
—Entonces no.
—¿Qué?
—Mira Edmundo. Desde anoche que no dormimos nada. La he torturado psicológicamente que no fue tan físico. Tiene un serio problema de hermetismo y me he líado con ella, pero a este ritmo no tendría oportunidad con ella, ¿estamos?
—Entonces...
—Intenté buscar algunos de sus traumas, más específicamente sobre aquellos que le impiden amar actualmente.
—Eso no es ético Norris.
—Ya, ¿y dejar que mi amor por ella se pudra? No, gracias.
—Esa no es justificación.
—El favor no fue sólo para mí doctorcito que también sales beneficiado.
—¿Y ahora qué sigue? Digo, igual ya lo hiciste.
—Aún no terminamos de hablar.
—No dejaré que sigas con tus juegos de policía torturadora.
—Después de todo lo que pasó ya no es necesario obligarla.
—No te creas que la conoces.
—La conozco más de lo que tú hasta ahora.

Edmundo no dice nada más, se queda serio sin saber realmente qué hacer ni qué decir. Ambos se dirigen al cuarto con nuestra detective.

—¿Qué tanto se cuchichean ustedes dos? —les reclama Jenny.
—¿Cómo te encuentras?
—Ahora que has llegado, peor.
—Aún tienes que contarme algo.
—¿Estás loca?
—Sí, te falta la quinta vez que te rompieron el corazón.
—Para ya de eso Norris —intenta defenderse inútilmente nuestra detective.
—Yo lo haré —interrumpe Edmundo.
—No lo hagas —suplica Jenny.
—Te ayudaré con esto, tranquila.
—No sabes nada.
—Pero lo he vivido contigo. Es suficiente. No siempre eres un escudo.
—Habla Ed, estoy impaciente.
—Después de esto me la llevo unos días y es mi última palabra.
—Seguro —agrega Norris con suficiencia.
—Es como dos en uno, según a mi ver sería como dos amores porque sucedió en un tiempo corto. La antigua compañera de Jenny estaba más que enamorada de ella pero Jenny nunca lo quiso ver así. Para Jenny era sólo una compañera y ya, sin embargo compartieron suficiente tiempo juntas como para conocer cosas una de la otra y se cuidaban mutuamente. Jenny sí que la quería aunque a la fecha lo niegue. Las últimas semanas comenzaron a tener un caso típico de películas en el trabajo; un asesino de prostitutas, lamentablemente ése hijo de puta se llevó a Anne entre los pies. Antes que Anne muriera Jenny conoció a una chica de la cual gustó mucho, como yo no creí llegar a ver a Jenny así... Estuvieron juntas un tiempo hasta que el mismo hijo de puta lo hizo igual, mató a Carol y por una razón que Jenny desconocía hasta su muerte, fue porque era prostituta. Ambas muertes fueron de por sí muy crueles y devastadoras para Jenny, fueron bien calculadas y bueno, ya te imaginarás... Creo que lo mejor es que me calle ahora y que dejemos descansar un rato a Jenny.

Ambos salieron del cuarto dejando a Jenny en sus cavilaciones y sin decir más. Y como Norris es de palabra, habló del acuerdo con Edmundo sobre que Jenny se fuera unos días. Nuestra detective agradeció profundamente haber vuelto a tener otra llamada con Edmundo dónde le explicó a grandes rasgos sus pesares y que de esa manera se libró de narrarle a Norris lo sucedido.

Delito no evidenteМесто, где живут истории. Откройте их для себя