Capítulo [ 47 ]

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Anteriormente en Wicked

Los gritos de almas sin descanso era la música del más allá, esa dimensión desconocida donde podías encontrar todo tipo de almas, una más torturada que la otra, un lugar oscuro y vacío; que no debería tener visitantes no permitidos.

-¿Qué paso?-pregunto con dificultad, sorprendiéndose de lo inestable que estaba su voz.

-Freya, debes saber algo-murmuro Sam con inquietud, luego de unos segundos de silencio. Freya frunció el ceño con preocupación evidente.

Freya se encontraba sentada en la orilla de la cama, cubriendo su rostro con sus pequeñas y pálidas manos, en signo de desesperación.

-¿Estas bien?-pregunto Dean con preocupación viendo a su amiga, quien rápidamente recupero su postura pero manteniendo la preocupación en su gesto.

-Yo hice esto, esto es mi culpa-murmuro con dificultad negando levemente con la cabeza, sin responderle la mirada a Dean.

-Claro que no-le aclaro con honestidad Dean, cerrando la puerta en un sonido sordo para tener un poco más de privacidad.

-Debe ser un dolor de cabeza para ti tener que salvarme contantemente-murmuro Freya con una pequeña sonrisa, levantando la mirada luego de ver su mano entrelazada con la de Dean, para sonreírle.

-No es tan malo-comento Dean con algo de gracia sonriendo un poco, Freya sonrió levemente-Estarás bien, Freya-prometió Dean con seguridad, Freya asiento lentamente con una pequeña sonrisa. Dean se acercó un poco más a ella, para poder abrazarla con cuidado, luego de todo lo dicho, temía hacerle daño, pero Freya correspondió su abrazo aferrándose a Dean y con ello sintiendo la protección que Dean brindaba.

-Según el tonto de Larry, ¿Cuánto tiempo queda?-pregunto Bobby deteniéndose en su lectura, para ver a los demás por una respuesta.

-No mucho-murmuro Missouri con cuidado, sin apartar la mirada del libro. Sam volvió a su puesto, tomando otro libro tratando de no perder las esperanzas.

No era momento de hablar de tiempo, necesitarían demasiado tiempo cosa que el equilibrio y el más allá no se los brindaba, Freya literalmente su vida pendida de un delgado hilo, que para mala suerte para todos, no sabían cuando se cortaría.

THINGS WORSE

Como seguían las cosas, para nada bien. No había rastros de una liberación de ancla, conjuro, hechizo, ritual, nada; era desesperante. Y las cosas no iban para nada bien, con Freya. Dormía mucho, no tenía energía para estar demasiado tiempo despierta. Había veces que era incapaz de comunicarse, perdía constantemente el conocimiento y tardaba horas en volver a recobrarlo, todos hacían turnos para cuidarla, cuidar que aun siguiera con ellos; si antes no tenían tiempo, ahora menos que nada, Freya empeoraba, estaba aún más pálida que antes, temían que no resistiera por más tiempo, pero internamente, Freya aún seguía peleando, peleando por vivir.

Freya abrió los ojos al instante, sintiéndose desorientada por una facción de segundos. Soltando un suspiro se removió en su cama, colocándose de pie sin ningún problema, acercándose por intento hacia el espejo del cuarto, viendo claramente no era su reflejo, sino alguien más se encontraba allí. Una larga cabellera rojiza, ojos celeste con una mirada enloquecía y macabra, pálida sin expresión alguna en su rostro, una forma fantasmal. Sonrió macabramente con sus pálidos labios, estirando sus brazos saliendo del reflejo del espejo, atrapando por los brazos a Freya para luego arrastrándola al interior del espejo, como si fuera un pasadizo.

☩ «Wicked» [Dean Winchester]Where stories live. Discover now