☩ «Wicked» [Dean Winchester]

V Capítulo [ 08 ]

"YOU HAVE BEWITCHED ME IN BODY AND SOUL"

Caos, eso explicaría muchas cosas en la vida de los Winchester, caos y momentos dolorosos. Muchas veces pensaban si esto era una especie de maldición, un castigo a los Cazadores, un castigo por ser algo que no pudieron tomar por opcional. En todos los momentos de su vida, supieron, que no había manera de escapar de esto, era como escapar de la muerte, no es posible, cuando entras en esa profesión no hay manera de salir de ella, lo Sobrenatural esta prácticamente en sus venas, manos manchadas de sangre.

Era divertido y a la vez envidioso ver a las personas normales pasar frente a ellos de manera tan pacífica, ignorando lo que había detrás de la "normalidad". Como querían ser como esas personas, vivir sus vidas normalmente, con un trabajo normal y con una familia normal. Pero esto no es opcional, porque si ellos no hacen este trabajo entonces nadie lo hará, y en sus manos no solo había sangre de caídos también había vidas ganadas...

Excepto hoy, no salvaron a nadie, es más no pudieron salvar a su propia sangre, su hermanastro. Que ahora no era mas que un vil títere, para crear un caos que no traerá paz, sino todo lo contrario.

– ¿Cómo se supone que siempre terminamos así? – murmuro con pesadez Sam sentado en la mesa de la cocina de Bobby. Con una mirada confundida pero también con ira, mientras bebía una cerveza – Hay veces que pienso que es un castigo divino o algo así, es decir, ¿Por qué a nosotros? Entre todas las personas, ¿Por qué nosotros? – hablo haciendo una mueca molesta, mientras bebía su cerveza.

Decir que se sentía culpable, era poco...

Realmente... no quería ese final para él. Después de todo era su hermano, un final así, ese final se lo esperaba también el.

– Uno de los misterios de la vida, supongo – menciona Dean con pesadez mientras cruza a su lado, en busca de también una cerveza.

– Vaya vida la nuestra...– susurro Sam soltando un suspiro – Pero, supongo... que hay cosas que los compensan – dijo mientras jugaba con su cerveza con una mirada lejana.

– ¿A si? – pregunto Dean con simpleza – ¿Cómo cuál? – agrego dándole la espalda retirando la cerveza del refrigerador, para luego destaparla.

– Nosotros... nuestros amigos, Bobby, Castiel algunas veces... Freya... – comenzó a mencionar Sam sus fortalezas, por eso era para él.

Fortaleza, tan simple como sonaba, pero con una influencia enorme. En este mundo plagado de miseria, con una vida como la suya, las esperanzas eran algo que nacían y morían todos los días, pero eran compensado por las fortalezas que tenían, daba gracia por ello, y lamentaba también por no darles el valor que merecían.

– Ella ya no cuenta, o al menos para mí – le interrumpió bruscamente Dean a su hermano menor.

– Siempre contara, Dean. Incluso mas para ti que para mí – admitió Sam con mucha honestidad.

Dean se enfadó... ¿Cómo podía?

Sabiendo que su solo nombre le quemaba como el fuego, ¿Por qué lo hacía? Era difícil olvidar algo que amas si siempre te lo recuerdan...

– Eso ya no es así – mintió descaradamente Dean con rapidez. Inclusive saliendo de sus labios, no creyó en esa semejante mentira.

– ¿Realmente piensas eso? ¿Enserio, Dean? – pegunto con sarcasmo su hermano menor, claramente no creyó en ningún momento sus palabras – Porque yo no lo creo, siempre tuviste el talento de ser un idiota y dejar ir las cosas, pero con Freya, no es así. Lo niegas y lo niegas todas las veces que te lo preguntan incluido tu mismo, pero no importa cuantas veces lo niegues, no eres capaz de creer lo que tú mismo dices...– confiesa Sam con desdén, viendo fijamente con ojos acusadores a su hermano mayor.