☩ «Wicked» [Dean Winchester]

IV Capítulo [ I2 ]

Anteriormente en Wicked

-¿Te gusta ese tipo de historia y amor?-se atrevió a preguntar Dean luego de unos segundos de silencio, solo completándola.

-Me gusta más la nuestras-respondió con suave honestidad regalándole una de esas intensas sonrisas que Dean tanto lo enamoraba.

Pero el momento mágico fue interrumpido, por la presencia del ángel del Señor que se encontraba del otro lado del cristal, contemplando a la pareja a espaldas a Freya. Dean automáticamente se alarmo, y cada fibra de su cuerpo se tensó ante la presencia del ser celestial. Claro que Freya no se percató de la presencia del ángel a su espalda, pero si se pudo percatar de la tensión y preocupación que su novio repentinamente había adquirido.

-¿Se lo has dicho?-pregunto Castiel llegando al punto de su visita, correspondiéndole la mirada a Dean sin inmutarse por ello.

-No, aun se lo he dicho. Y no voy a decírselo ahora, no es el momento-respondió Dean frunciendo el ceño negando repetidas veces con la cabeza.

-¿Qué está sucediendo?-pregunto Freya saliendo del restaurante percatándose de la presencia de las dos personas tensa frente a ella.

-No puedes seguir ocultándoselo-menciono Castiel con seriedad a Dean, hablando en un tono bastante claro para el como para Freya.

-Cállate-ordeno Dean dirigiéndose a Castiel con completa seriedad como molestia tanto en su voz como en su mirada.

-¿Ocultarme, que?-pregunto totalmente confundida Freya, dirigiendo su mirada a las dos personas frente a ella.

-¿Se lo dirás tú, o se lo diré yo?-pregunto el ángel del Señor en un tono de advertencia que Dean pudo distinguir.

-Eres un sello-declaro Castiel rápidamente soltando la información como verdad a Freya repentinamente, ganándose una mirada inquisidora de Dean-Eres uno de los 66 sellos, Freya. Es algo que Dean ha tratado de decirte, pero no había encontrado el momento oportuno-menciono el ángel desviando su mirada profunda hacia Dean a Freya y viceversa-Si falleces, un sello se romperá y...-comenzó el ángel terminando todas sus dudas en una sola oración obligando a Freya a sentirse aún más desconcertada que anteriormente.

-Supongo que debes tener una buena excusa por no habérmelo dicho, ¿verdad?-pregunto Freya luego de unos segundos de silencio por parte de ambos, atreviéndose a acusarlo con su mirada.

-No quería que te preocuparas por ello, no aun-declaro Dean frunciendo el ceño desviando la mirada de ella, incapaz de sostenerla. Freya tomo una respiración profunda, sin poder contener la molestia interna que sentía como la decepción del momento.

-¿Cómo no podría preocuparme por ello? Soy un sello, soy de alguna manera una de las causas por las cuales el apocalipsis se desatara y el diablo saldrá de su jaula. Debo morir, Dean. Otra vez...-sin poder evitarlo, su voz se entrecorto por su propia respiración irregular, no podía fingir que se encontraba bien y que aceptaba el hecho, como aquella vez. Esta vez, ella sentía impotencia que su muerte trajera un paso más al mal sobre la tierra, eso era lo que más detestaba, su muerte y las de muchos inocentes y no tanto, trajeran de nuevo al diablo sobre la tierra.