CAPITULO 8

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                LA DISCOTECA
Me siento como lobo hambriento, necesito alimentarme. Desde que estuve con Naoli una estúpida sonrisa no se quita de mi rostro. Esta chica me va a volver loco, no tengo la suficiente fuerza de voluntad para estar lejos de ella, además dije que la llamaría y un caballero siempre cumple su promesa.

Me río de lo que acabo de pensar, caballero, no lo he sido en muchos siglos. He utilizado a las mujeres únicamente para complacer mi sed de lujuria, ellas han sido objetos con los que me he saciado. Sólo he hecho el amor con Julia, con las demás ha sido sexo y nada más.

Pero al pensar en Naoli, no es sólo deseo lo que despierta en mí, también es un sentimiento de protegerla, y al recordar aquellos tipos lastimándola se enciende una furia que apenas soy capaz de contener.

Me visto para la ocasión y llego al Nigth Club que acaban de inaugurar. Por fin uno que no es sólo Jazz, no es que me disguste, tengo varios Cd's de famosos compositores pero esta noche busco música más urbana y menos pueblerina.

Parqueo mi Ferrari al frente y veo a las mujeres que hacen fila devorándome con la mirada. Observo al valet acariciando el volante, lo comprendo sentí los mismo la primera vez que me senté al frente de éste. El grandulón que esta en la entrada quita la cadena y me deja pasar. Un grupo de alrededor de cuatro chicas me miran suplicantes, les sonrío y le indico al tipo que las deje entrar. Pegan brinquitos de la emoción y se aproximan a mí, dos de ellas se prenden a cada lado sujetando mi brazo y entramos.

La música es pegajosa, me gusta este ambiente. El lugar esta a reventar y la gente baila sin control, parecen poseídos mientras sus cuerpos responden a las melodiosas notas. Sujeto  a la pelirroja y la llevó a la pista, las otras me hacen pucheros pero estaré con todas ellas antes de que termine la noche.

La joven se pega a mi cuerpo y puedo sentir su calor, el delicioso aroma que desprende, pero no es ni comparado al de Naoli, el de ella me enloquece. Puedo sentir por detrás como la rubia comienza a rozarme con movimientos sensuales y formamos un trío perfecto, acoplándonos y dejándonos llevar por el contagioso ritmo.

Las amigas se turnan para bailar conmigo, el sudor recorre sus extremidades, en el pasado me las hubiera llevado a la parte privada del Club y tenido sexo desenfrenado con ellas de todas las formas inimaginables, pero ahora lo único que quiero es alimentarme. Les hago señas que me sigan y lo hacen. Pago por la zona VIP cada sector está rodeado con una gruesa cortina roja, hay una mesa redonda y un sillón que la abarca a lo largo que hace juego con las cortinas, iluminado con faroles de colores.

El mesero llega y toma las órdenes, una ronda de tequila, bajamos la botella y el ambiente se empieza a poner picante. Le doy instrucciones al hombre de no interrumpir y él comprende porque se aleja cerrando la cortina por completo al paso.

Es entonces cuando ejerzo mi poder de persuasión y sin hablar con sólo mirarlas cada una de ellas entra en una clase de trance, están a mi merced. Me acerco a la primera, retiro su cabello y coloco un casto beso en su cuello que la hace estremecer, mi garganta quema, y sin pensarlo, la muerdo. La joven se queja cuando siente mis colmillos en su piel pero cuando empiezo a succionar el precioso líquido cierra los ojos y puedo notar que se va relajando, entregándose a las sensaciones que la inundan. Sé que siente placer, porque yo así lo quiero. Me toma del cabello y me acerca más a ella, no la toco, mis labios sobre su cuello es el único contacto entre ambos.

Me alejo de ella y queda en un estado de éxtasis, limpio la herida y continúo con la siguiente. Sigo el mismo proceso con las demás y logró beber de las cuatro. Estoy satisfecho, las fuerzas regresan poco a poco, me levanté dirigiéndome al baño. Me vi en el espejo y mi rostro perdió aquella palidez de muerte, mis ojos brillan y mis labios lucen rojos y tengo que admitir que tentadores.

Las chicas están bien, cuando despierten se sentirán un poco desorientadas, tienen suerte, en el pasado hubiera bebido cada gota hasta dejarlas secas, pero ya no era esa persona, ahora sólo busco alimentarme y estos sitios me proporcionan lo que ansío, sangre fresca.

Salgo del Club y el valet trae mi auto, le proporciono una jugosa propina y satisfecho regreso a mi apartamento.

Son las tres de la mañana y no puedo dormir, Naoli abarca mis pensamientos. Anhelo tenerla junto a mí, fantaseo que está a mi lado y las cosas que le haría de ser así. Pero con delicadeza, saciándola de placer hasta llenarla a plenitud.

De repente estoy demasiado excitado, tanto que duele, autocontrol Marco, no te puedes dejar llevar. Las sábanas de seda acarician mi cuerpo desnudo y pienso cómo sería su roce sobre mi piel, dejo que las sábanas me cubran por completo y es una sensación grandiosa, la fría seda se compenetra con el fuego que despierta en mi interior.

Siento como la bestia ruge dentro de mí, ¡Maldición! ¿Cómo es que esta chica me doblega de esta forma sin siquiera estar aquí? Prendo el televisor tratando de distraerme, paso los canales sin tener particular interés en la programación, termino viendo Discorvey Channel, hablan sobre leyendas populares, el programa está interesante y me quedo viéndolo. Al menos cumple su objetivo, logró apaciguar mi deseo y sin darme cuenta me quedo dormido.

CONTIGO EN LA ETERNIDAD Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin