CONTIGO EN LA ETERNIDAD

EPILOGO

 
La noche está inundada del sonido de los búhos, grillos, y de vez en cuando el aullido de los coyotes, compré una cabaña en Green Mountain, en Vermont, rodeados complemente de naturaleza y alejados del mundo y su bullicio.

Tuve que atravesar lo que pareció ser una eternidad para encontrarme con mi verdadero amor; hemos enfrentado tantas pruebas, pero nuestro unión ha prevalecido a pesar de las adversidades, nos pertenecemos, de alguna manera, estuve esperando por ella toda mi vida.

Unos meses atrás antes de venirnos, Naoli recibió una llamada de la policía, nos informaron que su madre apareció muerta en un callejón y necesitaba que fuera a reconocer el cuerpo. Fue duro para ella, aunque no se llevaban bien, a fin de cuentas era su mamá, la mujer que concibió a Naoli, y eso tengo que agradecérselo.  Nos indican que fue un ajuste de cuentas, al parecer aquellos mil dólares que le di no eran único el dinero que debía; no comprendo cómo son tan diferentes, como gotas de aceite. Al menos ese capítulo de su vida se cerró, cada persona recoje lo que cosecha.

Naoli  guarda la espada de San Marco con sigilo, quiere perpetuar lo que Max empezó como cazador, poco a poco a aprendido a controlar sus poderes,  y aunque intenté disuadirla, me prometio que sólo actuaría si se presentase la ocasión, lo cuál ruego, nunca suceda.

Dice la leyenda que la espada fue forjada utilizando plata pero también sangre del Cordero de Dios. Escuché hablar de Jesús, nunca lo conocí, pero sí lo precedían innumerables testimonios de milagros y un gran poder que provenía de una entidad celestial que escapa de mi entendimiento. Por eso la espada evita que los vampiros puedan sanar, es sagrada, capaz de eliminar cualquier demonio.

Naoli extraña a Miller y a Max, ellos no debieron morir, muchas cosas pudieron evitarse, yo pude hacerlo, pero me encontraba tan ciego, me deje envolver por Julia, por el ayer, pero ya no tiene caso pensar en eso. Ahora debo concentrarme en aprender a ser de nuevo humano, es un gusto adquirido, y mientras me quede aliento en este cuerpo mortal, disfrutaré cada momento con intensidad.

Mi esposa duerme a mi lado, se ve tan hermosa entre mis brazos, hicimos el amor embriagándome con su calidez. Ella me complementa, a su lado soy feliz, y no extraño ni por asomo ser un vampiro, se siente bien ser normal otra vez .

Rupet vive con nosotros, él insistió en mudarse a otro lado pero Naoli no lo dejó. Creo que le recuerda un poco a Miller y le ha tomado cariño, somos la única familia que él tiene y su gato al fin me aceptó, es un gran avance.

Mi socio en Wall Street y yo, seguimos en constante contacto, no he perdido mi habilidad en la bolsa de valores, así que en cuanto a economía se refiere, no tengo preocupaciones, sin tomar en cuenta la pequeña fortuna amasada durante estos siglos transcurridos.

Recientemente Naoli me dio la maravillosa noticia que esta embarazada. Tabana de verdad me brindó una segunda oportunidad de continuar con mi vida, y dentro de unos meses conoceré a mi hijo, si es niña se llamará Aurelia como mi pequeña fallecida, y si es varón Albert; ya tiene cuatro meses, no puedo sentirme más orgulloso. Me apoyo con cuidado de no despertarla sobre su abultado vientre, intento escuchar los latidos del bebé, he perdido esa habilidad, pero sé que está ahí, creciendo y pronto podré estrecharlo entre mis brazos, es el fruto de nuestro amor. Por decisión unánime decidimos no saber el sexo hasta el día de su nacimiento. Con la quietud de la noche, cierro mis ojos, durmiendo placenteramente por primera vez en siglos.

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Narra Naoli.

El bebé está inquieto, se remueve constantemente, estoy en la recta final, creo que busca conocer el mundo ya que las contracciones son más contantes. Marco hizo que viniéramos a la ciudad, Rupert preparó todo en una Clínica privada en la cual llevo algunas horas internada.