66. "-Olvidé decírtelo."

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- ¡Kendall! -escuché a lo lejos- ¡Kendall! -estaba más cerca- ¡Kendall! -abrí los ojos asustada. Era mamá llamándome desde el piso de abajo.

¡¿Qué hacía mamá abajo?!

Miré el reloj de mi mesa de noche, eran las 12 p.m. Mierda, había olvidado que vendrían para el almuerzo.

Giré mi cabeza y encontré a Kendall abrazado a mí, sin intenciones de soltarme.

- Pst, Kendall. -susurré acariciándolo un poco- Kendall. -susurré un poco más fuerte y abrió los ojos suavemente. Al verme, sonrió.

- Hola.

Su voz, Dios mío.

- Kendall, mis padres están abajo. -le avisé.

- ¡¿Qué?! -exclamó.

- Shhh.

No quería que exagerara tanto.


- ¡¿Qué hacemos?! -susurró asustado y reí.

- Sólo vístete y baja, yo iré a ducharme.

- ¿Y sí...?

- No. -le interrumpí y rió.

- Está bien. -rodó los ojos- Y si me preguntan, ¿qué les digo?

- Que veíamos una película o algo y nos quedamos dormidos, no sé, lo que sea.

- Bien... -dijo dudoso.

- ¡Ya sé! Diles que veíamos Votos de Amor y le quedé dormida, siempre me quedo dormida. -rió.

- ¿De verdad? -asentí- Creí que a las chicas les encantaba esa película.

- Uh, no es mala, pero la he visto tantas veces que me quedo dormida. -rió- Bueno, ve. -besé su mejilla y me giré para salir de la cama, pero su brazo me rodeó el vientre y me abrazó. Dejó un raro beso detrás de mi oreja y salí de la cama.

Tomé mis cosas del suelo, para taparme y encontré sus calzoncillos junto a mi camisa, así que se los lancé.
Se acostó y colocó sus manos atrás de su cabeza y me miró.

- Esto es tuyo, Adams, que no se te olvide, no haré colección de tu ropa interior. -bromeé.

- ¿Piensas en una colección? -preguntó pícaro y entendí a lo que se refería.

- No, yo... lo decía por... por lo de...

- Te entiendo. -rió- Vete o te obligaré a volver aquí, no me importa si tus padres nos oyen. -tomé una toalla y me metí al baño de mi habitación. Escuché una risa y sonreí.
Abrí la ducha y entré en el agua.

- ¡Oye Kendall! -era él de nuevo.

- ¿Qué pasa? -lo oí abrir la puerta.

- ¿Qué quieres que haga con esto? -asomé mi cabeza por la cortina y lo encontré con el pequeño paquete plateado en su mano.

- Quémalo, si lo encuentran mis padres, me matan. -él rió fuertemente- Ponlo en la basura.

- Bien.

Narra Kendall Adams

Terminé de vestirme y bajé las escaleras.

- ¡Kendall! -me saludó el padre de Kendall, mientras guardaba las compras en la alacena.

- Hola.

- Creímos que te habías ido.

- Oh no, me quedé a hacerle compañía a Kendall. -sonreí y su sonrisa se borró.

Kendall y KendallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora