Kendall y Kendall

25. "-¡Kendall me ama!"

Narra Kendall McCartney

Bajé del bus y caminé hasta la entrada de la escuela. No podía esperar para que trajeran mi auto a este lugar.

—¡Kendall!–oí atrás de mi y me volteé, para encontrar a Charlie sentado en una de las mesas que habían por todas partes. Me acerqué a él y lo saludé para sentarme en frente– ¿Estás emocionada por hoy?–preguntó claramente emocionado.

—Súper emocionada... no. Pero sí estoy nerviosa.–confesé. Moriría en ese lugar.

—No tienes que ir si no quieres...

—Quiero ir.–solté. Mi mente no lo quería, pero mi cuerpo sí. Necesitaba deshacerme de esa inseguridad de alguna manera u otra.

—Bien... Te agradarán todos allí, hay desde niños hasta adultos de 20 y conocerás a...–me desconecté. Hablar sobre Rouge me haría vomitar mi pequeño desayuno de los nervios.

La verdad era que desde que había despertado, solo había pensado que hoy sería un día muy largo para mi. Primero que todo, es día lectivo. Segundo, Rouge y mis problemas de superación. Y tercero, "la cosa" con Kendall.

Sí, había decidido llamarle "la cosa" a todo este asunto... supongo que no tengo que explicarles qué es.

—Hola chicos.–llegó Chris y se sentó a mi lado.

—Hola.–dijimos Charlie y yo al unisono.

—¿Listos para hoy?–podía notarlo igual de emocionado que Charlie.

—Demaciado en realidad.–dijo el rubio sin ocultar su sonrisa.

—Sí...–murmuré sin compartir ni una sola pizca de su emoción.

—No puedo esperar para ver a Paul y...–bla bla bla. Dios, luego dicen que soy yo la que habla mucho ¿no?

Mi mente se devolvió a Kendall y a todo lo que pasó ayer. Fue demaciado para mí. Desde el principio hasta el final, todo lo que pasó ayer fue tan... raro. Realmente debía buscar una palabra que juntara "raro", "diferente", "asombroso" e "inolvidable". Nunca había tenido una salida como esa, tan... rara, diferente, asombrosa e inolvidable.

Me asustaba que esa salida hubiese sido con Kendall. Mucho.

Me preguntaba qué pasaba por su cabeza en esos momentos... Pero daba igual. Solo fue una salida, nada importante en realidad.

—¿Qué piensas tú Ken?–la voz de Chris me sacó de mis pensamientos– ¿Estás bien?

—Sí, yo solo estaba pensando en... ¿Me dijiste algo?–cambié de tema. No quería tratar este tema con ellos.

—Que qué piensas tú de teñirse el cabello.

¿Por qué demonios hablaban de eso?

—¡Ya te dije que no estoy teñido!–exclamó Charlie.

—Pues no te creo.

—¡Te lo he dicho desde primer año!–reí levemente y volteé mi vista hasta otra dirección. Por dicha el clima no estaba tan mal como de costumbre, si no, sí habría sido un día de mierda.

Mi vista viajó hasta un grupo de chicos que, como siempre, se movían en manada. Eran los del equipo de futból americano... ¿Por qué lo sabía? Primero, todas las chicas que los miraban estaban en celo. Creo. Segundo, llevaban la misma chaqueta. Tercero, los estudiantes que no estaban en celo, les aplaudían y les gritaban cosas para alentarlos por su partido de hoy. Y cuatro, iban encabezados por el chico que se llama igual a mí, sí, Kendall Adams.