19. "-Tú sentiste lo mismo que yo."

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Sentí como si quisiera a vomitar. Me sentía mareada y sentí la furia correr por mis venas.

Mis manos empezaron a temblar y mi respiración se agitó. Mi mente debatía si leer el mensaje o borrarlo sin leerlo. No sabía que hacer... era Lucy. La que fue mi mejor amiga, mi confidente, mi compañera, mi hermana... Pero, de la misma manera, era Lucy. La que me había mentido, me había hecho creer que ella era el ser más leal, la que se había enrollado con el que fue mi novio.

—¿Kendall? ¿Qué te pasa? Estás... pálida.–dijo Chris.

—¿Estás bien?–negué rápidamente– ¿Quieres ir a tomar aire?–asentí sin dudarlo. Ambos chicos se pusieron de pie y tomaron nuestras cosas, para luego salir de la cafetería hacia las áreas verdes del instituto, que era a un costado del edificio, algo cerca de la cancha. Ellos me llevaron a una de las bancas que se encontraban en el lugar y nos sentamos.

—¿Quieres hablar de ello?–ofreció el castaño y cerré mis ojos para empezar a relatarles mi historia. Suspiré lista.

—En Washington tuve un novio... Sam, Samuel Young. Lo conocí en primer año de secundaria y nos hicimos inseparables. Me empezó a gustar y al parecer yo a él también... Ya para tercer año éramos novios. Y por el otro lado estaba mi mejor amiga, mi hermana Lucy Cox...

—No quiero oir el final de esto.–dijo Charlie tapándose las orejas con las manos.

—Ella se... se acostó con él y estaban juntos a mis espaldas. Lo descubrí días antes de terminar el semestre... Mandé a todos a la mierda y mis papás consiguieron el empleo en Seattle, así que vinimos.–alzé mis hombros como si realmente no importara.

—¿Querías a Samuel?

—Lo quize demasiado. Él quería... acostarse conmigo por que éramos novios, pero yo le dije que no. Que yo no quería hasta... hasta casarme.–solté una risa nasal. Es algo estúpido, hoy en día ¿quién llega virgen a los 18? Nadie. Y solo me faltaban 2 años– Él dijo que lo respetaba, pero no fue así... Se fue con mi mejor amiga y aquí estoy, con el maldito mensaje de Lucy en mi celular y debatiendo el qué hacer.

—Léelo.–dijeron al unisono.

—Y luego le respondes que es una zorra.–dijo Charlie y reí– Sabes que puedes contar con nosotros.–dijo sonriendo, lo que me hizo sonreír a mi también.

—Gracias.–dije y los abrazé a los dos a la vez.

—Te traeré algo de agua.–dijo Chris poniéndose de pie y lleno hacia la cafetería.

—Yo... Yo iré a... al baño. Sí, eso. Ya vengo.–se puso de pie y se fue a paso rápido. Raro.

Me quedé mirando mi celular, ¿que debía hacer? Talvez debía leerlo, talvéz decía que lo sentía y no había nada entre Sam y ella. O talvéz era lo contrario. Así como el mensaje podía decir que lo sentía mucho, también podía decir que estaba embarazada de trillizos.

—¿Problemas en el paraíso?–levanté mi vista y encontré a Kendall con su uniforme de entrenamiento lleno de barro. Eso explica por qué no había nadie del equipo en la cafetería, al parecer los martes entrenan también en el almuerzo.

—¿De qué paraíso hablas?–pregunté confundida– ¿Por qué siquiera estás aquí?

—No lo sé.–se acercó a mi y se detuvo al lado de la banca– Supongo que tu vida es un paraíso.–se alzó de hombros.

–Eso quisiera.–dije riendo sarcásticamente.

—Estabas... ¿llorando?–preguntó finjiendo interés.

—No.

—Estás algo pálida, ¿estás embarazada o...?

—Realmente eres un idiota, Kendall.–me puse de pie y tomé mis cosas, en cualquier momento sonaría la campana y tendría clase de Lengua.

Kendall y KendallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora