26. "-Les diré."

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Subí las escaleras a mi habitación y cerré la puerta atrás de mi, para luego lanzar mi mochila a quién sabe dónde y sentarme en mi cama, para llevar mis manos a mi cabeza, enredando mis dedos en mi cabello.

—¡Kendall!–gritó mamá y no me moví. En eso, escuché la puerta de mi habitación abrirse bruscamente y dejar entrar a mi madre furiosa– Kendall mírame.–suspiré y alzé mi mirada hacia ella. Me miró con sus ojos hechos fuego y yo esperé a que hablara– ¡¿Qué demonios te pasaba por la cabeza?!–gritó. Estoy segura de que los vecinos la escucharon fuerte y claro.

Negué con la cabeza y miré hacia otro lado, este día había sido un asco total.

—¡Simplemente no puedes llegar y golpear personas porque sí!

—Tengo mis razones.–me basté a decir.

—¿Y se puede saber cual es la razón suficientemente importante para golpear a una chica, para luego tener que hacer horas comunales en el instituto de castigo?

La miré seria y tenía sus manos en sus caderas. No iba a responder.

—Tu padre y yo volveremos a trabajar, no hagas estupideces.–dicho esto, se volteó y salió de mi habitación, para tirar mi puerta con fuerza.

Suspiré y me acosté sobre mi cama, cerré mis ojos. No era ni la hora del almuerzo y ya estaba cansada, todo por culpa de la chillona de Amanda.

Hoy era un día de mierda en su totalidad. ¿Y saben cual es la peor parte? Que ni siquiera va por la mitad y sé que va a ser una mierda.

En eso, escuché mi celular sonar desde mi mochila. Me puse de pie y me acerqué a él, para luego sacar mi aparato blanco y ver que la llamada era de Chris. Contesté y de inmediato noté que él y Charlie discutían:

¡Que ya te dije que no!–exclamaba Charlie.

¡No me importa lo que dig...! Oh mira, ya contestó. ¿Aló?

—¿Qué pasó?

Queríamos saber si estabas bien.

Te fuiste sin decir nada.añadió Charlie.

—Sí, lo siento por eso. Mi madre me sacó de allí a patadas, estaba demasiado furiosa.

¿Quieres que golpeémos a Amanda o a tu madre?–reí.

—Eres un idiota, Christopher.–los escuché reir fuertemente.

Gracias, me lo dicen a menudo.

Esa frase me recordó a Kendall. Mierda.

¿Irás a Rouge?

—Sí...–dije dudosa.

Aun no entiendo por qué es que no quieres ir.

¡Charles!–escuché a Chris reprochar– No la presiones, ella nos dirá cuando quiera y...

—Les diré.–interrumpí.

¿Tendría que hacerlo tarde o temprano, no?

Les conté todo. La caída, la vergüenza, la inseguridad... Todo.

Kendall, lo siento mucho, en serio. No sabía que te había pasado eso.–se disculpó Charlie.

—No importa.

Creo que es mejor que no vayas Ken.–dijo el castaño.

—No, yo iré. De alguna manera tengo que quitarme la inseguridad.

Kendall y KendallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora