Viejos tiempos

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Es tarde, me duele la cabeza, estoy de exámenes y estoy aquí escribiendo a las 12 de la noche para poder traeros esto, así que nada de quejas por mis retrasos o por mis capítulos cortos! ( Nah, podéis quejaros si queréis, es gratis)

Mi cumple fue hace unas semanas y quería haber subido esto por entonces, pero ha sido totalmente imposible dado que me ha costado horrores encontrar el tiempo y la inspiración para esto XD Así que hoy he recordado que mañana es selectividad (Al menos en mi ciudad) y he dicho "Bueno, pues lo publico ahora y así aprovecho para desear suerte a las personitas que la tengan" Así que. Buena suerte a todas esas personas que están ahora súper estresadas por selectividad y ya puestos suerte a los que estéis estresados por cualquier examen XDDD

Le dedico el capítulo a @like_the_fire , que se que ha estado esperándolo por mucho jajaja Gracias por gustarte mi historia y por haber hecho cosplay de Nay (?)

Ahora a disfrutar del capítulo

"Eres realmente tonto" Me regañó mi subconsciente mientras subía en el ascensor de aquel edificio imponente. La pared de cristal del elevador me permitía observar la ciudad desde una altura que volvía diminuto cualquier otro edificio a su alrededor, aquella vista sobrecogedora habría dejado sin aliento a más de uno, pero yo tenía mis propios problemas en aquel momento como para darme cuenta. Me mordí el labio intentando controlar mis nervios y contuve la respiración cuando el ascensor se detuvo en la última planta, llegando a su destino.

—¿Qué estoy haciendo aquí?— murmuré para mí mismo mientras las puertas se abrían, dejando lugar a un pequeño rellano con una única puerta. Una planta entera por cada apartamento... era de esperar en aquel sitio de ricos.

Antes de poder arrepentirme y salir por patas la puerta del apartamento se abrió, dejando ver a Amanda, que me miraba sonriente.

—Llegaste rápido— Intenté forzar una sonrisa para ocultar mis nervios, pero no conseguí mover los músculos de mi cara, la chica no se alteró por eso y se echó a un lado— . Venga pasa, tenemos mucho de que hablar — dicho esto se adentró en el apartamento, sin molestarse en asegurarse de que yo le hacía caso. Me apresuré a seguirla y entré en el apartamento (que seguramente sería el doble de grande que mi casa entera).

—Amanda cariño ¿Quién viene?— una mujer de cabello rubio idéntico al de la chica, y con unos rasgos que me hicieron sospechar que era la tía de Crystal, asomó la cabeza por una de las habitaciones.

—Un amigo mamá, estaremos en el despacho. Pídele a Greg que traiga algo de comer— Aunque me sorprendió el tono tan autoritario con el que hablaba a su madre no lo demostré. Seguí a la chica en silencio notando la mirada de la mujer clavada en mi, probablemente pensando que un chico con mis pintas de friki no podía ser amigo de su hija.

El despacho era una sala amplia, las paredes las ocupaban estanterías enormes que llegaban hasta el techo y en frente del gran ventanal un escritorio daba al lugar el típico aire de despacho de abogado. Sin embargo Amanda no se dirigió ahí, sino a una zona un poco apartada, donde unos cuantos sillones de aspecto demasiado cómodo rodeaban una pequeña mesa de cristal. La chica se dejó caer en uno de ellos con gesto elegante y me indicó con una sonrisa que me sentase donde quisiese. Al contrario de la última vez que la vi hoy estaba demasiado arreglada para pasar un día cualquiera encerrado en casa, su maquillaje y atuendo la hacía parecer más a la modelo de lamborginis que yo recordaba del día de la fiesta.

Cuando me senté la chica me observó con ojos críticos unos instantes, para luego romper el silencio.

—Bueno, creo que será mejor que empecemos. Supongo que no me has llamado para disfrutar de mi compañía— aunque sus palabras sonaban bruscas no abandonó en ningún momento el tono dulce y cordial de ellas. Contuve un suspiro, no tenía sentido dudar de aquello cuando ya había dado el primer paso.

La vida es AburridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora