Spin off: Parte 3

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La puerta de la mansión de Crystal se abrió de par en par, dejando ver a un hombre mayor ataviado con un traje negro que desafiaba las altas temperaturas del exterior. El señor me miró de arriba a abajo con discreción y mostró una sonrisa amable, pero profesional.

-Buenos días joven ¿Puedo preguntar quién es y cómo ha entrado al jardín?

-H-hola, me llamo Martín y...-Tendría que haber adivinado que no sería Crystal quien abriese la puerta, mierda-, la verja de fuera estaba abierta, si no hubiera llamado...

-Encantado, señor Martín ¿A qué se debe su visita? -Antes de poder responder una voz infantil sonó desde el interior de la casa

-¿Martín? ¡¿Has dicho Martín?!

Por detrás del anciano asomó un niño, aferrándose a la parte de atrás de su chaqueta. El chico sonreía con ilusión.

-¿Eres el amigo de Dan? -Preguntó esperanzado y yo me reí al escuchar el nombre de mi mejor amigo.

-Sí, soy ese- El niño dejó escapar unos saltitos de emoción contenida y dejó de ocultarse tras la espalda del anciano, había algo raro en sus movimientos, pero no sabría decir el qué.

-¡Te estaba esperando! ¡Déjale pasar, abuelo! -El hombre me miró de nuevo, receloso, pero al final acabó por suspirar y sonreír con ternura.

-Te lo dejo a ti, pequeño, pero no vayáis a hacer ninguna locura- El chico dejó escapar una exclamación de júbilo y con impaciencia estiró la mano con la palma abierta. Yo me quedé quieto unos segundos, creo que empezaba a entender por qué aquel chico no me miraba nunca a la cara y porqué no era capaz de identificar con exactitud mi posición. Al mirar a su abuelo este asintió levemente con la cabeza, como dándome permiso y fue entonces cuando me atreví a agarrar la mano del pequeño. Inmediatamente después el chico tiró de mí, conduciéndome por la casa hasta un gran salón, donde se paró y se dio la vuelta. Yo me agaché para quedar a la altura del chico.

-¡Hola! Soy Isai

-Hola Isai, ¿De qué conoces a Dan? ¿Y cómo sabías mi nombre? -La sonrisa del niño se ensanchó y se llevó ambas manos a la cadera.

-¡Soy su socio! -Exclamó lleno de orgullo. Luego su expresión se volvió pícara y dejó escapar una risa infantil-, pero no puedo decirte por qué sé tu nombre ¡Es parte de una misión ultra secreta!

Encarné una ceja divertido por la emoción que le ponía el niño

-Ultra secreta, ¿Eh? -¿Qué había estado haciendo el loco de Dan a mis espaldas? Isai movió las manos en el aire hasta localizarme, sintiendo los nervios invadir mis tripas dejé que el pequeño posase ambas manos en mis mejillas y se acercase un poco más. Sus ojos, a pesar de ser inservibles, reflejaban la emoción del pequeño.

-Martín, A ti te gusta Crystal ¿Verdad? -La pregunta me pilló por sorpresa y no hizo más que aumentar mis nervios ¿Por qué justo en aquel momento me tenían que preguntar por mis sentimientos por la pelirroja?-. Porque tú a ella le gustas -Aquellas palabras me sacaron una sonrisa.

-Quieres mucho a Crystal, ¿verdad?

-¡Por supuesto, es mi ángel!

-¿Y dónde está tu ángel ahora mismo, Isai? Tengo que hablar con ella de algo importante.

Antes de que el niño pudiese responder una voz fría respondió a mis espaldas.

-Crystal no está- Al volverme pude ver como el padre de Crystal salía de un despacho seguido de un joven de apariencia un poco mayor que yo. Ambos me miraron como si fuese un intruso en aquella casa-. ¿Quién eres tú y qué quieres de mi hija?

La vida es AburridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora