Capitulo 20

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Al llegar inmediatamente corrí hacia donde Clarisa estaba acostada, siendo examinada por la enfermera morena regordeta y agradable, de, obviamente, la enfermería. Media sus pulsaciones al mismo tiempo que revisaba que sus signos vitales estuvieran estables, por el color de su piel, tan pálida como una hoja, cualquiera pensaría que está en sus últimos días. Ok, ok, tal vez exagere un poco, pero si se ve muy mal, sin energía y sin el peso adecuado y sus grandes bolsas bajos sus ojos solo demuestran que no ha dormido bien últimamente.

- No parece ser nada grave – Saca el tensiómetro de su brazo – Debes hidratarte y te recetare una pastillas para los vómitos, parece ser un cuadro de intoxicación. Igualmente, deberías hacerte un análisis para salir de cualquier duda, tal vez una enfermedad contraída o ¿Desde hace cuando estas así?

- Semanas – Me anticipo a su respuesta ganándome un refunfuño de su parte.

- Ya veo. ¿Has pensado en la posibilidad de que tal vez estés embaraza? – Suelto un hipido de sorpresa y miro a mi prima la cual tiene su mirada horrorizada, como si le hubiesen dicho que reprobó un examen importante – No te alarmes, oye... He visto varios casos de chicas de tu edad que no toman las precauciones adecuadas y por tus síntomas

- No estoy embarazada – Dice molesta – Comí algo y me cayó mal ¿No? Fue lo que dijo y eso es ¿Ya me puedo ir? – La furia se expande por todo su cuerpo saliendo por cada poro ¿Embarazada? No sé cómo se lo tomaría de ser verdad

- Mis disculpas – Le entrega un caja de pastillas – Insisto en que debería hacerse algunos análisis para

- ¡Para nada! Ya me atendió, ya estoy bien así que ocúpese de sus asuntos – Toma las pastillas de la mesa y sale sin esperar alguna respuesta ¿Por qué se pone de malas?

- Clarisa, clarisa... ¡Hey! ¿¡Te puedes calmar!? Solo intentaba ayudarte no era para que te comportaras así – Digo – Deberías hacerte los análisis, no porque tal vez estés embaraza, sino que puedes padecer de algo y no te has dado cuenta

- Si... Yo... Lo siento – Apoya su cabeza en mi hombro – Enloquecí con la idea de ser madre, me odiaría por cometer tal equivocación. Seguro es la presión de los exámenes, de mi padre y ya sabes...

- Sea lo que sea, te apoyare – Doy suaves palmaditas en su hombro – Juntas contra todo ¿No? – Asiente – Vamos, necesitas darle algo a tu organismo sin que lo devuelvas – Ríe al mismo momento que hace una expresión asqueada.

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Una suave caricia en mi cabello hace que me quite los audífonos y girar bruscamente, ocasionando un leve pinchazo en mi cuello.

- Mamá, me asustaste... ¿Cuándo llegaste? – Tomo mis apuntes de biología y los coloco a un lado de la cama. Terminare el proyecto después.

- Hace poco, supuse que estabas ensimismada con la música que no escuchaste la puerta al entrar ¿Todo bien por acá? ¿No ha pasado nada extraño con tu hermano? – Recuerdo el incidente con Lluvia y las incontables insistencias con mi hermano de pasar tiempo con ella y rio. Tal vez a mamá también le agradaría saber lo que, en el corazón de su hijo ocurre

- No, no ha pasado nada – Ensancho mi sonrisa al mismo tiempo que ella sonríe tiernamente.

- ¿Qué era eso que hacias? Sabes, aun no me acostumbro a verte tan responsables en los estudios – Me hago la ofendida. Ok, capaz admita que antes solía dejar todo a último momento o capaz inventaba una excusa para poder entregar los trabajos otro día, pero las personas pueden cambiar ¿No?

Esta soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora