Capitulo 27

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- Annie, vamos a... ¿Por qué lloras? Hey ¿Qué ocurrió? – Mi madre se aproxima dando largo zancadas hasta colocarse frente a mí y acunar mi rostro en sus manos, secando mis lágrimas con sus pulgares.

- No es nada, mamá. Me acorde de algo y me puse nostálgica – Miento. No es necesario que sepa la verdadera razón menos cuando sé que le dirá a papá. Me siento una tonta llorando por algo insignificante - ¿Bajamos?

- Sé que lo extrañas, hija. Todos lo hacemos, no hay en que su presencia no haga falta, pero debes saber que no importa donde este, el sigue estando contigo... Justo aquí – Coloca su cálida mano sobre mi corazón y yo le dedico una sonrisa tierna – Esa era la sonrisa que quería ver, te ves más linda cuando sonríes – Revoleo los ojos y rio bajito por su comentario ¿Cómo no amar a esta mujer? Toma mi mano para dirigirnos a donde se encuentran todos esperando por mí.

Al llegar, me doy cuenta que la única que faltaba era yo y es obvio, soy la festejada. Los presentes esperaban ansiosos por cantar cumpleaños, era eso o el deseo de probar de una vez el delicioso pastel que se encuentra frente a todos; una torre de chocolate, cubierta con chocolate y trocitos de chocolate, m&m's y fresas a su alrededor. Delicioso ¿No? Sera la causa de mi coma diabético. Me acerco a paso decidido hasta colocarme frente a las velitas que ya se encontraban encendidas.

- ¿¡Y esa bola de pelos!? No aceptare otro perro en esta casa, suficiente tenemos con Roque – El mencionado levanta sus orejas al escuchar su nombre y rio.

- Papá, te juro que ni notaras que está en la casa. Mírala ¿No es hermosa? Es tan chiquito y tierna – Su diminuta lengüita se pasea por mi nariz al colocar su rostro frente al mío.

- ¡Ay! Pero si es la cosita más linda ¿Cómo se llamara? – Clarisa me la arrebata de mis manos para acunarla en sus brazos y es así como todos los demás se acercan a hacerle cariño al nuevo integrante de la familia. Observo de soslayo a mi papá, dedicándole una sonrisa traviesa.

- Se queda. Pero no quiero ver algún desastre en mi casa o pagaras muy caro las consecuencias, Ana Celeste – Rio y corro a depositar un beso tronado en su mejilla.

- Bienvenida a la familia, Canela Loera Ávila - ¿Qué? Fue el único nombre que se me ocurrió ¿Ok? No soy muy creativa al escoger nombres.

Al conocer el nombre del nuevo can, Clarisa la coloca cerca de un sillón y esta cae plácidamente en un profundo sueño. Nos acercamos de nuevo al pastel y unas velas de volcanes encienden su chispa, alumbrando el lugar y sin más todos empiezan a cantar las mañanitas a coro, al final aplauden mientras yo me aproximo a apagar las demás velas, percatando no quemar mi cara con las otras que aún no se apagan. Rio agradeciendo con la mirada a todos los que vinieron este día; no se necesitan un montón de invitados o una enorme fiesta para pasarla bien en tu cumpleaños, mientras estén las personas indicadas ya lo vuelve valioso e importante y justo frente a mí, están mis personas importantes, una más que otras pero al fin y al cabo, son mi familia.

Se acercan uno por uno para darme un abrazo y buenos deseos, Eduardo es el que se toma su tiempo en estrujarme en sus brazos mientras susurra palabras bonitas al oído que hacen que mis ojos se cristalicen. Cuando se separa de mi le doy un suave golpe en su pecho, idiota, sabe que no me gusta que me haga llorar. Y siempre ha sido así, ya sea por una travesura o un tierno mensaje, Eduardo tiene el poder de hacerme emocionar hasta las lágrimas.

Mis padres se acercan a mí y me envuelven en un abrazo familiar, haciendo que me pierda en el aroma de ambos. Cierro mis ojos para disfrutar más este momentos y guardarlo en lo más profundo de mi ser, como un lindo recuerdo.

Esta soy yoWhere stories live. Discover now