Capitulo 28

950 41 1
                                    


- Psst, Annie – Me remuevo quejándome, mientras me hago un ovillo entre las sabanas para seguir durmiendo – enana, despierta

- ¿Qué quieres, Eduardo? – Pregunto con la voz ronca - ¡Es la una de la madrugada, déjame dormir! ¿¡Que ocurre contigo!?

- Necesito que vayas conmigo a encontrar helado con chocolate y nutella para Summer - Dice – Si no voy, probablemente sea hombre muerto en la mañana

- Bueno, me encargare de llevarte flores todos los días. Buenas noches – Me doy vuelta, arropándome de nuevo.

- Annie – Me quita la sabana – Ven conmigo, por favor. Eres mi aliada, no me dejes solo en esto

Quiero replicar, el uso de aliada lo usa cuando quiere doblegarme o convencerme a hacer lo que él quiere, sabe que con eso no me puedo negar. Refunfuñando me levanto, no me quiero a ir por dos razones:

Necesito tenerlo de mi lado por las cosas que él solo sabe.

Es muy tarde y realmente tengo sueño.

Mientras más rápido acabemos con esto, podre regresar a mi cómoda y caliente cama para seguir durmiendo. Buena hora a Summer le vino a dar un antojo, con este clima y veintitrés de diciembre, dudo mucho que pueda estar algo abierto para cumplir los caprichos de una mujer embarazada.

- Espero que valga la pena, Eduardo Loera – Refunfuño de nuevo colocándome mis ugs – Nadie me despierta de mi lindo sueño

- Lo sé, enana, eres como una pequeña leona cuando se te despierta. Tan mal-humorada como tu madre – Deja un beso en mi coronilla mientras coloca su mano en mi espalda baja, apurándome a salir.

***

Un sonoro beso en mi mejilla hace que me despierte, abro los ojos de golpe y los cierros al ser encandilada por el sol. Me desperezo y al voltear, me encuentro con mi madre y una enorme sonrisa en su cara, llevando una tierna pero cómica, pijama de renos; me rio porque no parece algo que llevara Adriana Ávila, culpemos a la época y a la edad.

- Arriba, dormilona. No voy a dejar que desperdicies el día en solo dormir – Dice – Annie, no me obligues a levantarte por las malas ¡Arriba! – Me da una nalgada que me hace dar un respingo.

- ¡Oye! Mis horas de sueño se vieron interrumpidas por una embaraza que quiso comer nutella y helado en la madrugada

- Embarazadas y sus antojos – Bufa.

Revoleo los ojos y rio, observo por la ventana y veo al montón de gente que se encuentra en las calles; niños riendo y jugando y adultos de aquí para allá, el ambiente se siente, se sabe que es Navidad.

Así como el cumpleaños, el día antes de Navidad se respira y vive alegría, no hay persona que no cambie su humor en este día, hasta el ser más frio, se alegra en las fechas venideras.

El día en donde los más locos sueños se hacen realidad, tal vez por arte de magia o tal vez por lo que la época atrae.

Me dirijo al baño para hacer mis necesidades y así, arreglar el desastre en que se convirtió mi cabello. Al terminar, voy a mi closet y hurgo entre la ropa hasta dar con mi suéter verde; tan grande que cubre hasta mis rodillas y mis manos por completo. Está bien, no es mío, es de Eduardo, me lo regalo hace tiempo.

Bueno, no me regalo, tal vez solo tal vez yo lo tome prestado de su armario en el tiempo que estuvo ausente pero ¡Hey! Quería tener algo conmigo que aun conservara su olor y me hiciera recordarlo.

Esta soy yoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ