Esta soy yo

Pink - wild hearts can't be broken

Despertar.

¿Qué es realmente despertar? ¿Es esa acción que hacemos todas las mañanas que nos muestra el comienzo de un nuevo día? ¿La acción que hacemos después de una siesta donde nos sentimos renovados? Para muchos, es la acción a una rutina, nuevo comenzar, saber que tienes otro día para hacer lo que quieras porque tu cuerpo, tu organismo y tu mente descansaron lo suficiente para iniciar de nuevo, como como cargar baterías. Y es así.

Pero para mí, despertar es saber que la vida te está dando otra oportunidad para volver a empezar, es tocar fondo y darte cuenta de todo lo que está mal; abrir los ojos. Es ese chance que tienes para hacer todo bien, como proyectar una película de un momento vivido donde tienes la oportunidad de cambiar el final, oportunidad para hacer todo bien, oportunidad para dejar el pasado atrás...

Una oportunidad para volver a ser quien eres.

Así me sentí yo y podrá sonar extraño, pero lo vivido los últimos días me ayudo a pisar tierra, a descubrir que este no era el camino que quería tomar, sí, me quite las vendas, pero no me quite la que más importada; estuve todo el tiempo caminando por un sendero a oscuras por miedo a abrir los ojos, si bien tengo una realidad complicada, no quiere decir que no tenga un lugar en este mundo, tengo una realidad distinta, cada uno la tiene, con sus temores, preocupaciones, problemas, pero eso es lo que nos hacen como personas y mi deber era aceptarme, no soy perfecta, nadie lo es; nadie ha encontrado la fórmula de la perfección para andar por la vida sin cometer algún error, de ellos aprendemos, por eso es que existen.

Abrí los ojos una vez más, una última vez para dar cara a lo que soy ¿Estoy feliz? Puede ser ¿Puedo cambiarlo? Ya es pasado; en una película conocida de Disney un personaje legendario dice <<El pasado puede doler muy bien puedes vivir de él o aprender>> Abro los ojos para aceptar lo que soy y aprender a ser feliz con eso.

Este es el comienzo de una nueva Annie.

- ¡Mamá! – Me muevo incesante sintiéndome atrapada con todo lo que me rodea - ¿Qué rayos es esto? – Susurro.

- ¿Annie? ¡Annie! – Tomo mi cabeza entre mis manos porque siento un dolor punzante. Estoy mareada - ¡Hija! Oh mi Dios – Mi mamá me envuelve entre sus brazos y me sostiene con fuerza.

- ¿Puede ser esto posible? – Escucho susurrar al doctor.

- ¿Qué paso? ¿Dónde estoy?

- Tranquila, mi amor, ya el doctor te explicara todo

- ¿Papá? ¿Estás bien? Luces como si estuvieses viendo un espanto

- Estas viva... Es... yo... no puede ser – Se acercó con sigilo y toma mi cara entre sus manos – No sabes cuánto me alegra ver esos hermosos ojos avellana de nuevo

- No entiendo cómo fue que... Hace un segundo la estábamos desconectando y ahora...

- Los milagros existen, doctor – Sonríe mi padre - ¿Puede revisarla? Quiero saber que todo está bien con mi hija

- Sí, señor Loera, en seguida

El doctor al momento comenzó a examinar mis ojos, mi pecho y solicito mandar a hacerme unos exámenes de sangre y una tomografía para percatarse que todo estuviese bien, aun estado de shock comentaba que en mi cuadro se veía imposible que saliera ilesa; lo que consumí, debido a su cantidad, quemo, al parecer, parte del tejido cerebral por lo que no había posibilidad de que viviera pero, los milagros existen... los ángeles también.