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Volvió a gritar a través de esos barrotes.

Un grito aturdidor y totalmente desgarrador. Era la quinta vez que lo hacía y no había logrado nada, sólo que los demás reos le dijeran que cerrara el hocico y durmiera. No había manera en que él pudiera dormir, le era imposible conciliar el sueño. El tan solo hecho de cerrar los ojos le aterraba. La veía a ella por todos lados y sus recuerdos eran manchas de sangre y gritos. Todo estaba en su cabeza y lo sabía. Había pasado tan rápido, él no lo quería hacer, jamás la hubiera lastimado de haber estado sobrio. Su cabeza ni hacía más que buscar culpables y recordarle que era un monstruo. No quería estar en ese oscuro y espantoso lugar, le ponía los pelos de punta y eso era lo que le asustaba, le asustaba tener miedo, por más estúpido que parezca.

Gritos.

Recordó como su débil voz le rogaba que se detenga. Pudo recordar la mirada suplicante de sus ojos y el último brillo de luz que vio en estos antes de que se apagarán con el último golpe. Directo en la cabeza, la había matado de la manera más horripilante que podía existir y sus manos se lo recordaban.

Estaba tan arrepentido, él no quería hacerlo, todo había sido por las estúpidas drogas.

—Hood, ya duerme.—anunció el policía mientras lo miraba con asco.

No entendía porque, porque antes todos lo amaban y ahora lo despreciaban, incluso su madre.

—Que no quisieras hacerte cargo del niño que iba a traer al mundo no te daba el derecho de matarlos a golpes.

—¡Yo no quería hacerlo!— gritó, sintiendo como su garganta se desgarraba por la falta de agua.—¡Juro que no quería, por favor!

Ni siquiera él se lo creía, estaba suplicando, pidiendo clemencia, eso era imposible, Calum Hood, el gran boxeador pidiendo piedad. Aunque algo en el fondo de él estaba seguro que no merecía el perdón, lo que había hecho no tenía perdón, no podría perdonarse ni él mismo. No era su intención el haber reaccionado de esa manera cuando Lola le comento que estaba embarazada. Los narcóticos lo habían puesto de esa manera, cuando escucho la noticia toda su carrera paso por delante de sus ojos, no quería que se arruine con la llegada de un bebé pero el mismo arruino todo cuando se dejó cegar por la ira. 


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box ♡ calum hoodKde žijí příběhy. Začni objevovat