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Diane siguió comiendo con gran deseo, como si en realidad no hubiera comido por meses, deboraba aquellos waffes con miel con tanta satisfacción que no le importo lo que dijera él, lo hizo enojarse un poco, claro esta pero no podía hacer absolutamrnte nada si ella aun no aceptaba salir con él y sus fetiche con el DD/LG. Había estado con muchas chicas, pero ninguna lo había atrapado tanto como ella, y eso que solo la conocía un poco, ni se imaginaba todo lo que causaría en él cuando la conociera totalmente a  fondo. La observó mientras arrugaba su nariz y trataba de pasar su lengua por la comisura de sus labios que tenia un poco de miel, él tomó una servilleta y con un toque suave limpio aquella mancha de dulce, Diane sonrió con timidez y lo miró fijamente, él no hizo más que alejar su plato y estender la camiseta que había guardado en una caja rosa con un moño blanco.

"Abrelo, pequeña" le dijo acercando la caja hacia ella. Los temblorosos dedos de la muchacha desataron el nudo y abrieron la caja con dificultad, estaba tan fascinado por la belleza que poseía ella, tan delicada e inocente como ninguna. Sus ojos pestañearon varias veces y saco la camiseta con sumó cuidado. "¿Quieres ser la pequeña de papi?"

"¿Papi?" cuestiono ella, su corazón comenzó a salir y sentía aje lloraría en cualquier momento, escuchar aquella palabra salir de los labios de "su princesa" era tan emocionante para él, sentía como miles de cosas saltaban en su estomago, quería vomitar. ¿Esas eran las famosas "mariposas en la panza"?

"Yo soy papi, y tu mi princesa" dijo mirándola directamente, tratando de mantener la mirada fija en aquella muchacha de ojos curiosos. "Aprenderas todo esto más adelante, poco a poco, no dejaré que te pierdas del camino, yo te guiaré siempre, solo debes aceptar ser la princesa de papi...¿Que dices?"

"Si, papi"

Y esas dos palabras fueron lo suficiente como para que él se sintiera completó.

box ♡ calum hoodWhere stories live. Discover now