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Alexander caminaba a grandes zancadas hasta su habitación hecho una furia, cerro la puerta de porrazo y se sentó en su cama. Paso con desespero sus manos por su cara y cabello enredándolo en el proceso. Se levantó rápidamente y camino en círculos, se acercó con prisa a su armario y saco una pequeña maleta metiendo allí lo necesario para su estadía con Magnus. Se escucho un potente trueno y Alec dio un salto, suaves y gruesas gotas de agua chocaban contra su ventana dejándolo hipnotizado por unos segundos.

Iba y venia de su armario, metiendo su ropa sin ordenar como normalmente lo haría. La lluvia lo empezó a ponerlo ansioso tanto que tuvo que parar y respirar profundamente repetidas veces.

No bien hubo terminado salió rápidamente de su habitación, Robert lo esperaba al pie de la escalera.

– Tienes que saber que esto es por tu bien, Alexander.

– Mi bien –. Dijo con burla y aun descendiendo las escaleras –. El único bien que buscas es tu propio beneficio, no el mío. Casarme con Lydia ¿Acaso perdiste la cabeza?

– Esto no se trata de perder o no la cabeza Alec, es por el bien de esta familia.

– ¿Desde cuando por el bien de esta familia es necesario unir vidas en contra de voluntad?

Robert suspiro, su postura se puso rígida y su mirada aun mas penetrante; Alec sintió sus piernas flanquear e inmediatamente la imagen de Magnus paso por su mente como un flash haciendo que sacara valor de donde no creía tener.

– Puedo hacer muchas cosas... Dirigir esta compañía a tu gusto, hacer las cosas a tu manera pero no esto –. Alec tomo una bocanada de aire, sentía su corazón palpitar a mil y el frío colarse por sus huesos –. ¿Desde cuando el honor de la familia fue utilizado para esto?

Robert observo a Alexander, sorprendido de ver un cambio notorio en él, y no ver aquel chico sumiso de antes. Es tu decisión, tu hijo descubrirá por su cuenta quien es, quien era. Razón absurda pero... ¿No querrás que tu hijo, tus hijos te odien verdad, Robert? Una mentira de veinte años Las palabras dichas por Henry rebotaron nuevamente en su mente impidiendo flanquear ante la mirada azulada, penetrante y llena de furia de Alec.

– Desde muchísimo antes, Alec. Tienes que aprender que no todo es fácil en especial cuando cosas importantes están en juego.

Alexander sentía la furia nublar su juicio, dando una ultima mirada a su padre se dirigió con rapidez hasta la puerta de su casa para salir de allí y no volver a menos que sea el funeral de Max.

...

La lluvia había empapado sus ropas, la maleta en el interior seguía intacta, saco el coche del garage y arranco rápidamente hacia el loft de Magnus. La cuidad de Nueva York mostraba en todo su esplendor las luces que tenía, resaltando aun mas sus lugares y por supuesto, el trafico abundante en aquella noche.

Alec golpeo con fuerza el volante antes de intentar virar hacia la derecha pero siendo detenido por un camión, Alexander bufo, tomo su móvil y vio que la hora en la que dijo que regresaría ya había pasado. Alexander paso su mano derecha por su cabello desprendiendo suaves gotas de agua, giro hacia la izquierda una vez que tuvo pase, los sonidos de otro carros le habían empezado a dar un enorme jaqueca, salio con prisa del auto saco su maleta y sin esperar mas, se echo a correr.

Settle Down |Malec-AU|Where stories live. Discover now