•XIII•

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Los besos fueron disminuyendo de a poco, Alexander deslizando sus labios por la mandíbula y cuello del cuerpo menudo echado frente a él. Se acomodo mejor en la cama sintiendo los muslos de Magnus envolverse en su cadera atrayéndolo con lentitud; oía la respiración agitada y los leves gemidos que este soltaba ante los besos en lugares sensibles: clavícula, cuello y lóbulo haciendo que se estremezca y el regocijo y alegría reciente de Alec aumentarán en potencia.

Alec metió sin reparó sus manos debajo de la camisa negra con botones plateados que Magnus llevaba, sintiendo la suavidad de la piel morena contra las yemas de sus dedos. Magnus se removió.

– Alec...

El susodicho hizo casi omiso al llamado, siguiendo con el camino de besos sin esperar un segundo.

– Alec... –. Magnus llamo y agarro el rostro de Alec con ambas manos obligándolo así a mirarlo –. Alexander.

Magnus sintió la imperiosa necesidad de llamarlo por su nombre completo, algo que llamara la atención del menor y que fuera algo más suyo, algo mas de ellos; poso sus manos sobre ambos hombros del contrario y aun con el cuerpo recostado y ambas piernas rodeando con suavidad la cintura de Alec con la atención puesta por completo en él, dijo:–. Quizá deberíamos de esperar un poco–. Empujo solamente un poco a Alexander de su encima pero este lo malinterpreto y lo llevo mas lejos de lo que pretendía.

– ¿He echo algo malo? –. La voz ronca de Alec inundo sus oídos en un calido susurro, no se veía excitado ni alterado como debería de estar, Magnus observo con cuidado sus expresiones y más que nada se veía apenado o aterrado de haber cometido un error.

– No–. Aseguro en un susurro –. Muy por el contrario... Solo pense que tal vez deberías de, no se, pensarlo un poco. Saber si estas listo. No pretendo obligarte a hacer algo que no quieras Alexander–. Magnus trago saliva y con temor alzo sin darse cuenta que los había bajado a los cristalinos de Alec–. Y luego decides... Lo que tengas que decidir.

Alec suspiro sonoramente para tomar una posición más comoda en la camasin despegar su mirar del brujo y volver a suspirar pero esta vez más tranquilo, Magnus se recargo en sus codos arrastrando su cuerpo hacia atrás y estar a medias de recostado. Se pregunto en un momento en que estaría pensando, tal vez en su familia, su padre y madre, puede que también en su honor o tal vez puede que en Jace, lo ultimo a Magnus lo tomo por sorpresa causando que un sentimiento raro y ascendente se intalara en su pecho.

Celos. Aunque no podría ser, esta seguro de que Alec ya no siente nada por él, estaba seguro; Sin quererlo solto un quejido ante sus pensamientos y una mueca surco su rostro captando la atención del mayor hijo de los Lightwood.

– Creo que será mejor dormir–. Dijo Alec finalmente, y dando un intento de moverse al lado de la cama que le correspondía aun con el traje puesto.

– Tal vez–. Solto Magnus apenado quitandose el saco negro para tirarlo al piso junto a los zapatos de cuero italiano.

– No quiero dormir.

– No quiero que te duermas.

Magnus apresuro su respuesta y por un segundo el nerviosismo lo embargo junto a las mejillas calientes, vio de reojo como Alec remojaba sus labios y su mirada azul violácea no quitarse de él.

Settle Down |Malec-AU|Where stories live. Discover now