Settle Down |Malec-AU|

•XIV•

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Parte I
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– Ya tengo la reservación. Si ya se, soy fabuloso no hace falta que lo digas ni que lo pienses.

Magnus caminaba galante hasta Alec recostado cuan largo era en el sillón negro, apartando la vista de la tv mirando nuevamente Una Esposa de Mentira matándose de la risa y secando las pequeñas lágrimas que salían de sus ojos por ello; miro a su novio que se sentaba frente a él en posición india, mirando con dulzura los ojos azules de su novio.

– ¿La reservación? Ah y no hace falta que lo diga o piense, tú ya sabes eso de primera mano –. Se acerco a darle un beso suave y decir sobre sus labios aun hipnotizado –. Ahora explicame ¿Reservaciones?

– Para aquel restaurante que siempre quisimos ir –. Alec boqueo e intento hacer memoria, Magnus rodo los ojos –. El restaurante francés, Alexander.

– ¡Oh! –. Soltó Alec y las memorias de cuando salieron a pasear casi a las diez de la noche como rutina tomándose de la mano, también recordó el como casi meten la pata en una pequeña travesura de ambos, pero eso es tema aparte –. El... ¿Como se llamaba?

– Ehh, no lo se –. Dijo Magnus después de minutos –. Su nombre es raro, casi alemán aunque es francés.

– Tal vez los dueños sean alemanes.

– Tal vez... –. Magnus pensó, podría ser verdad como que no y se dio un golpe mental al verse pensando en cosas absurdas –. Y nos desviamos del tema... Es dentro de una semana –. Dijo con pesar –. No alcance mejor fecha y es en la noche, después de la celebración de los fuegos artificiales en el centro. A eso de las ocho.

– Dejame ver en mi agenda si tengo tiempo ¿Te parece? –. Alec bromeo causando que Magnus soltara una de sus risitas que lo tenía loco –. Uhm, si, si tengo tiempo.

Magnus lo golpeo en el abdomen despacio, le dio un beso corto y cariñoso y fue hacia la puerta tomando su abrigo y yendo a la salida, Alec se recargo en sus codos y el como Presidente se subía encima de él.

– ¿A donde vas?

Magnus se colocaba aquella bufanda alrededor de su cuello y un paraguas:–. Por Raziel, Magnus hace como treinta grados afuera.

Magnus giro sobre sus talones y sonrió:–. Me encanta ir abrigado. En fin, iré a visitar a un amigo tú mientras tanto puedes ir a visitar a tu hermana que últimamente anda abandonada.

– Vale... ¿Quieres que te acompañe?

– No, amor. Estaré bien, además él es muy quisquilloso, le gusta mantenerse alejado.

– De acuerdo pero si necesitas ayuda no dudes en llamarme ¿Esta bien? –. Alec abrazo a Magnus y con un beso cálido Magnus salio de la puerta y Alec regresando a su película junto a Presidente.

(...)

– ¿Izzy?

Alec llamo entrando a su casa, dejando su chaqueta y acomodarse la camiseta azul marino que traía y subir apresurado hasta la habitación de su hermana:–. ¿Iz?