Capitulo 3.- ¿Que haces aqui? (EDITADO)

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Germán se encontraba viendo la televisión en su gran habitación. Se tomó el día en el trabajo y se lo dejo todo a Leo, es su mejor amigo así que confía plenamente en él.

No deja de pensar en aquel chico que tiene viviendo en su casa. No iba a negar que le gustaba, ya lleva viviendo un mes y está más que enamorado. Le encanta cuando se sonroja cuando le dice lo lindo que es, o cuando a veces lo acaricia y abraza. Le gusta tenerlo en sus brazos, se siente tan bien. Una posición que le gusta es; cuando enreda sus piernas en las caderas del mayor. Ama como este se acurruca en su pecho y se queda dormido.

Estaba pensando seriamente si llevarlo con él al trabajo, ya que, bueno, el chico estaba solo. Solamente estaban los guardias y las muchachas de la cocina. También, había estado pensando en que debería dejarlo salir a la calle, tal vez dejar que salga al parque a tomar un helado, o dejarle su tarjeta de crédito y decirle que se compre lo que quiera. Por qué recordemos: Germán esta bañado en dinero, así que no hay problema.

Sin embargo, no quería dejarlo solo, quería estar con él a su lado. No soportaría que alguien se lo quitase.

También, había estado debatiéndose en si sería buena idea de que retomará sus estudios. Eso serio bueno, pero aún no confío en eso, por qué bueno, podría inscribirlo en un bachillerato privado y que sea bueno. Sería bueno para que haga amigos. O si no, podría contratarle un maestro y que le dé clases en la gran mansión. Podría tomar una habitación en la planta baja y transformarlo en un salón, con un escritorio, pizarrón, colores y todo eso.

Todo eso lo platicó con el, y este le contesto que le diera tiempo para pensarlo.

Así que por ahora, se lo llevaría al trabajo, para que al mismo tempo, Germán no se sienta solo.

Sus pensamientos se vieron interrumpido por el sonido de celular. Lo tomo y miro por la pantalla, y era una llamada de Leo. ¿Ahora qué querrá? Bufando atendió la llamada y se llevó el apartó al oído.

— ¿Que pasa Leo?

German de mi vida....– contesto Leo con la voz nerviosa y temblorosa. Y eso Germán lo notó

— Dime ahora que pasó.– gruño. Se sentó en la cama y tallo sus ojos. La puerta de su habitación de abrió delicadamente. Germán volteo y sonrío inmediatamente. Su pequeño estaba ahí, paradas mirándolo y pidiéndole con la mirada si podía entrar. Este accedió, y el pequeño corrió a sus brazos acurrucándose en su pecho.

..... Y entonces pidió que.... ¿Alejandro me estás escuchando?.– ni siquiera se había dado cuenta de que había dejado a hablar a su mejor amigo hablando solo. Y es que Leo conocía mejor que nadie a su mejor amigo, sabía que todo su atención estaba en el pequeño niño que había conocido.

— Perdón... ¿Decías algo?

— ¡Por Dios Germán! ¡Concéntrate!.– Germán todo los ojos y escucho a Leo suspirar.— como te decía, que tienes que volver al trabajo. Sé que tienes dí–

— ¿¡Cómo dices que dijiste!?.– exclamó y el pequeño que se encontraba en sus brazos se removió asustado y lo miro a los ojos. Germán le módulo con los labios "perdón" y de nuevo se acurrucó en pecho nuevamente.

Pues perdón, les pregunté si podía ir a sustituirte y me dijeron que no. Te necesitan a ti. Así que te espero en la empresa en 20 minutos.

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