Capitulo 28.- Primeras pataditas

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Ya estaba listo para llevar el noviazgo a otro nivel. Y uno de ello es: Matrimonio.

Ha estado pensándolo demasiado, y descubrió que ama a Álvaro más de lo que debería.

Quiere casarse con el. Llevar un día de trabajo y que él lo espere con le cena y que sus hijos se abracen a él y besen su mejillas. No quiere tener un solo hijo, quiere tener muchos más. ¿Tres? ¿Cuatro? ¿Diez? Okey, déjenlo soñar. Tal vez podrían tener dos de ellos y adoptar. No es tan difícil, está en una buena posición económica, y podría mantener a todos los niños del orfanato si quiere.

En fin, el y Leo se encontraban en ese lugar a comprar el gran regalo que le tenía a su novio. Quería el más bonito de todos y el precio realmente no importaba.

"¿Qué te parece este? Digo, es bonito y en su dedo cabría perfectamente" Se acercó a Leo y miro el anillo que este le enseñaba. Hizo una mueca, no le gusto. Su novio merecía al más hermoso y elegante y hermoso. Casi tanto como el.

"No. Sigamos buscando." El y su amigo siguieron buscando hasta que el empleado de ahí con barba y como de su edad, se acercó a ellos y les sonrío.

"Hola, ¿Qué es exactamente lo que están buscando?" Preguntó el joven amablemente.

"Buscando un anillo de compromiso. Quiero que sea bonito y pequeño..." Explicó "Mi novio es pequeño así que..." Se encogió de hombros. El hombre sonrío "El precio realmente no importa"

"Bueno, aquí tenemos muchos de esos. Tenemos con piedras y sin piedras, las piedras son blancos, dorados y plateados. Depende del color que me guste a su pareja..." Explicaba mientras que el joven sacaba de la vitrina varios anillos pequeños. Con piedras blancas, plateadas y doradas.

Había uno que le gusto demasiado. En anillo era pequeño y podría caber perfectamente en él dedo de su novio. Tenía una piedra de diamante blanco.

El anillo es hermoso y espera que a su novio le encante tanto como a él le gusto.

"Quiero ese" El hombre asintió y fue a poner el anillo en una cajita aterciopelada color rojo.

Pagaron y fueron a casa de German.

(...)

Fue envuelto por los pequeños brazos de su hermoso y futuro prometido.

Le envolvió el abrazo y beso sus mejillas y acaricio su pancita, ya se notaba cada vez y eso los ponis felices a ambos y muy nerviosos.

"Hola. ¿Dónde fuiste?" Le preguntó el menor. German camino a la sala principal y se sentó en el sillón, jalo del menor y lo sentó en su regazo, enterrando su cara en su cuello e inhalando su delicioso aroma.

Álvaro río por qué la respiración de German le daba cosquillas.

"¡Basta! Me haces cosquillas" Río.

German lo miró y también río.

"Fui... por ahí..." Curioseo al menor.

Álvaro se cruzó de brazos y arrugo su nariz. Viéndose malditamente adorable.

"Dime... Por favor" Rogó e hizo un adorable puchero.

Puchero que German mordió y lamió.

"Estaba trabajado. Y fui a comprarte una sorpresa" El menor de reincorporó y sus ojos brillaron.

¿Una sorpresa? ¿Qué será?

"¡Dime que es, dime que es!" Tomo de las mejillas de German y acercó sus rostro a el "Di que es" Se separó y el mayor negó con la cabeza.

"No, tienes que esperarte hasta nuestro aniversario" Dijo besando su pequeña y fría nariz.

"¡Falta mucho!" Chilló.

Germán río.

"Verás que dos semanas se pasaran bien rápido" Sonrío y beso su frente y labios.

"Dos semanas son como años" Volvió a fruncir el ceño.

"Ya veras que no" Beso por última vez sus labios "Ahora, quiero hablar con mi bebé" Bajo a Álvaro de su regazo y lo acostó en el sillón, alzó la camisa que traía puesta, que por cierto era suya y le quedaba enorme, y se sentó en sus piernas con cuidado y beso su pancita y empezó a hablar con su bebé.

"Hola bebé, ¿Cómo estás? Espero que bien, estamos emocionado por ya tenerte en nuestros brazos. Tu papi y yo te queremos mucho y te amamos. Siempre lo haremos. Nos has alegrado nuestra vida..." Beso su pancita repetidas veces y miraba a su novio de vez en cuando.

Entones, Álvaro sintió un pequeño tirón en su vientre. Jadeo y abrió los ojos en grande, miró a su novio y este estaba igual o quizá peor.

"¿V-viste eso...?" Susurró el mayor. El de ojos miel asintió y sintió sus ojos aguarse.

"Hola, bebé... Haz eso de nuevo..." Y como si fuera algo sobrenatural, el bebé volvió a patear y la pareja jadeo con sorpresa.

Estaban presenciando las primeras pataditas de su bebé.

"¡Está pateando!" Chillo y German lo miró. Estaban sorprendidos y emocionales el día de hoy.

Beso su pancita y subió hacia Álvaro besando sus labios con ternura y amor.

"Te amo, ¿lo sabías? ¿Ya te lo había dicho?" Junto ambas frentes y sonrieron.

"Yo tanque te amo. Te amamos"

Siguieron besándose y mimándose entre ellos hasta que se quedaron dormidos en el sillón.

My first love Where stories live. Discover now