Donde Germán rompe con su ex después de que este le fuera infiel justo antes de que el de ojos cafés le pidiera matrimonio. Rehace su vida nuevamente, trabajando horas extras.
Una noche encuentra al amor de vida. En la calle en donde un pequeño de...
Se sobresaltó un poco pero después sonrío con tan solo escucharlo.
Se dio la vuelta y simplemente, con mucho cuidado ya que su pancita ya grande le estorbaba un poco, se arrojó a sus brazos abrazándolo fuertemente y sollozando en el hueco de su cuello. No podía describir cómo se sentía en estos momentos. Los brazos del mayor se envolvieron en su fina cintura, correspondiendo el abrazo que su novio le estaba dando.
"Tonto" Álvaro se separó de el y lo miro, limpiándose las lágrimas en sus mejillas. Miro alrededor con una grande sonrisa "Es realmente hermoso. Muy cursi, pero es perfecto. Me encanta. Gracias" volvió a abrazarlo y enterró su rostro en su pecho. Solo así se dio cuenta de que Germán traía traje. Nuevo por cierto, jamás se lo había visito.
"Que guapo te ves" Dijo el menor mirándolo, apoyando su barbilla en su pecho.
"Gracias" Dijo sonrojado "Se que es mucho. Pero quería hacerlo especial. Claramente, te mereces más que esto, pero no sé. Me alegra que te haya gustado" Suspiró mirándolo bobamente "... Sinceramente estuve planeando esto por mucho tiempo, así que creo que salió bien..."
"Salió bien. Más que bien, perfect. Todo es hermoso. Y gracias por las rosas y el oso" Beso sus labios y suspiró.
Río nervioso "Lindo... ¿Trajiste la caja?" Preguntó.
Álvaro asintió y se separó de él. Se agachó y tomo la caja.
"Perfecto" Sonrío
"¿Que es lo qué hay adentro eh?" Curioso.
"Hmm... Primero vamos a cenar y ya después te muestro lo qué hay" Mirándolo fijamente.
"Está bien" Dijo el menor sonriente.
La pareja se dirigió a la mesa, por caballerosidad, Germán corrió la silla en donde su novio iría a sentarse.
Álvaro se sonrojó y sonrío "Gracias"
"No hay de qué, amor" Dijo el mayor sonriéndole.
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"Y bien. Empecemos s cenar"
Comenzaron a comer, riéndose, y sintiéndose. Hablando de cosas tontas y cursis, palabras que solo ellos dos entienden.
En algún momento de la conversación, el menor soltó una carcajada algo fuerte por algo que le había dicho Germán.
"Eres un tonto. ¿Cómo se te ocurre decirle eso?" Río levemente y tomo un poco del vino. No toma mucho, ya que bueno, está embarazado, lleva a un bebé dentro de él y no quiere que nada malo le pase.
Sabe que cuando uno está en estado de espera, no se debe de tomar una sola gota de alcohol, pero es que bueno, es inevitable en la situación en la que está.
"Bueno. Tenía cinco años, no sabía nada de la vida en esos tiempos" Se defendió comiendo un bocado de la cena.
"Pobre chica. Debe de estar odiándote en estos momentos" río y negó con la cabeza divertido.
