El viaje a Hogwarts

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Al fin, el tan esperado uno de septiembre les había caído encima a todos. Magos y Brujas, así como también sus padres, estaban llegando a la estación de King's Cross con sus baúles y lechuzas sobre los carritos, esperando el preciado momento en que los muggles desviaran la mirada para ellos poder ingresar en el andén nueve y tres cuartos.

Ya casi todos habían cruzado la barrera, pero del lado muggle aún permanecían Lily, Severus, Rose, Harry, Ginny y sus hijos James, Albus y la pequeña Lily, estaban aguardando pacientemente para presenciar un momento épico en la historia de los Dursley.

—¡Mira mamá! —dijo Rose—. Allí vienen todos, el tío Vernon, la tía Petunia, el primo Dudley, Dorothy y Peter.

—¡Ohh! Jamás me imaginé que presenciaría esto algún día —dijo Harry con emoción.

—Si me hubiesen dicho años atrás que esto sucedería, jamás lo hubiese creído.

—¿De veras, tía Petunia odiaba la magia? —preguntó James.

—Más de lo que te imaginas —respondió su abuela Lily viendo como su querida hermana se acercaba a ella—. ¿Cómo estás, Petunia?

Todos comenzaron a saludarse con entusiasmo.

—Bueno, ya estamos aquí – Puntualizó tío Vernon – Sé que no era necesario que Petunia y yo viniéramos, pero es que quisimos acompañar a nuestro querido Peter en su primer viaje a Hogwarts, además les confieso que me muero por saber que se siente cruzar esta barrera, las veces que hemos ido al castillo el profesor Dumbledore se desapareció llevándonos del brazo.

- ¡Wow! Es una sensación extraña pero a la vez fascinante – Recordó Dudley, luego acarició el rubio cabello de su hijo – Espero que tú también aprendas a aparecerte algún día hijo.

Todos rieron.

—Peter está algo asustado porque no sabe en cuál de las casas va a quedar seleccionado —comentó Dorothy (La esposa de Dudley)—, pero yo le he dicho que el sombrero siempre sabe ubicar bien a las personas, yo por ejemplo soy de Gryffindor.

—Aunque aun así me desconcierta —respondió Peter.

—Yo estoy igual —intervino Albus.

Por fin estuvieron listos para pasar la barrera, los Potter miraban en todas direcciones al igual que los Snape.

—Primero, hay que asegurarse de que los muggles no nos vean entrar —explicó Severus y luego se corrigió a sí mismo mientras miraba a Petunia, Vernon y Dudley—. Bueno, los otros muggles que no saben nada acerca de la magia.

Los primeros en pasar fueron Ginny y sus hijos. Harry y Severus se habían quedado para pasar junto a los Dursley indicándoles cómo hacerlo correctamente, los cuales se sorprendieron muchísimo al ver la majestuosa locomotora escarlata y toda esa gente con sus lechuzas y gatos. Eileen y Jean Baptiste fueron los primeros en recibir a los recién llegados al otro lado de la barrera.

—¡Ohh! Al fin llegaron mis niños —dijo la mujer—. ¿Cómo están todos? Denle un beso a la abuela (Los hijos de Harry también la llamaban abuela así como también consideraban a Severus y a Jean Baptiste como sus abuelos) Ven aquí Severus, dale un beso a mamá.

—¿Y no van a dagle un abgazo a su abuelo? —preguntó Jean Baptiste con los brazos abiertos.

Todos se dispusieron a abrazarlo.

—¿Y a mí no me saludan? —inquirió Charlotte.

—Por supuesto princesa —respondió su hermano Severus besándola en la mejilla.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now