Rose Eileen Snape y su tercera generación

Un doloroso descubrimiento

El señor Ryddle estuvo pasando una velada estupenda en Las Tres Escobas conversando con los Granger a los que posteriormente se les unieron todas las demás familias, los Snape, Malfoy, Lupin, Lestrange, los Potter, los Weasley etc... todos encontraban adorable al señor Ryddle, todos menos Severus que aún continuaba tratándolo con recelo, los demás en cambio lo encontraba agradable, para nada lo consideraban igual a Voldemort. Él era amable, simpático, amigable y sobre todo se mostraba muy interesado en el mundo muggle, se maravilló al escuchar que los Granger poseían una clínica ontológica en el mundo muggle (el negocio obviamente eran manejados por otras personas que ellos habían contratado mientras se encontraban ausentes)

Posteriormente quedó maravillado con teléfono celular del señor Granger.

- ¿Y entonces para comunicarte con alguien más sólo tienes que marcar su número en el teclado del teléfono? – Preguntaba Tom Ryddle padre a los señores Granger con suma emoción.

- Ohhh si mi querido amigo – Le respondía William Granger mostrándolo su propio teléfono celular – El número es como un código que te identifica, incluso puedes programar tu teléfono para que aparezca la fotografía de la persona que te está llamando.

- ¿De veras?

- Así es – Respondieron los Granger al unísono.

De pronto reinó el silencio hasta que fue roto por el propio señor Ryddle.

- Muchas gracias por haber pasado este día conmigo, de verdad ustedes son tan amables, me han dado su amistad cuando todos huyen de mí y de mi hijo, ni siquiera nos dan la oportunidad de demostrar que somos diferentes a...

- Ni tan diferentes – Musitó Severus mientras Lily le daba con el codo en las costillas pero gracias a Dios nadie más pudo escuchar su comentario suspicaz.

- No se preocupe señor Ryddle – Le dijo Hermione con simpatía mientras lo miraba con indulgencia y le sonreía– Aquí no juzgamos a nadie y mucho menos a quien no se lo merezca.

El señor Ryddle le devolvió la sonrisa y posteriormente se dirigió a Harry con un dejo de tristeza en el rostro y en la voz.

- Desde que te vi en persona – Comenzó – Siempre he sentido el impulso de pedirte perdón en nombre de mi pa... bueno de ya sabes quién, sólo que he sentido vergüenza y no me he atrevido, él te hizo... les hizo mucho daño – Dijo mirando también a Lily.

- No tienes de qué preocuparte Tom, tú no tuviste la culpa de nada – Respondió Harry sintiendo un poco de pesar por él – Además ya todo quedó en el pasado, los desmanes de Voldemort no volverán a repetirse.

- Eso esperamos todos – Añadió Severus asintiendo mientras Lily lo miraba con suspicacia.

- Tengo entendido que no conociste a tu padre ¿No es así? – Dijo Eileen.

Él afirmó con la cabeza.

- Y agradezco a Dios por ello – Respondió – Mi hijo me dijo que a su vez usted le dijo a él que en su época de estudiante fue prefecta junto a mi padre.

- Así es – Respondió la madre de Snape recordando viejos tiempos – Más o menos en la década de los cincuenta.

- Creo que fue en Hogwarts donde conoció a mi madre antes de que ella partiese a Albania, ella era de Gryffindor.

- Ahora que lo mencionas, si, él tenía una novia de Gryffindor, era mestiza como él, su nombre era Ivana Parker – Dijo Eileen.

- Si, así se llamaba mi madre – Añadió Tom con los ojos húmedos.