Remembranza

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Todos los recién llegados fueron invitados al gran comedor para que tomaran la cena y desde luego escuchar el discurso de bienvenida del profesor Dumbledore. Los padres y los demás familiares que llegaron se reunieron junto a sus hijos en sus mesas correspondientes a cada casa, incluso, los padres que desempeñaban algún trabajo en Hogwarts tenían permitido sentarse junto a sus hijos, de modo que Lily y Severus se levantaron de la mesa de los profesores para dirigirse a la mesa de Slytherin, Eileen y Jean Baptiste hicieron lo mismo, al igual que Neville y Luna que fueron hasta la mesa de Gryffindor para acompañar a su pequeña Osiris.

- Muchas veces hemos venido a Hogwarts de visita, pero ahora que nos quedaremos tanto tiempo me siento como en nuestra época de estudiantes – Comentó Hermione entusiasmada mientras tomaba asiento en la mesa de los leones.

- ¡Nuestro amado Hogwarts! – Terció Harry mirando con supremo orgullo los estandartes del colegio que pendían del techo encantado – Todavía parece que fue ayer cuando nos sentábamos todos los días aquí en esta misma mesa.

- Tampoco fue hace tanto tiempo colega – Añadió Ron.

En la mesa de Slytherin la conversación era parecida...

- Todavía recuerdo cuando mi búho solía traerme las deliciosas golosinas que mamá me enviaba todas las mañanas – Comentaba Draco con una expresión plácida en el rostro.

- Yo se las enviaba con tanto cariño – Añadió Narcisa acariciándole el rubio cabello.

- ¿En serio papá? – Preguntó Scorpius - ¿Comías demasiados dulces?

- Así es – Respondió su padre.

- ¡Oye Draco! – Exclamó Pansy halando a su esposo de la manga de la túnica para llamar su atención - ¿Ése no es el chico del que todos hablan? Tiene la misma descripción que nos dio Harry.

- Al menos eso parece – Contestó Draco.

- ¿Se refieren al nieto de...? – Trató de preguntar Bellatrix.

- Si, al nieto de Lord Voldemort – La interrumpió su hijo Regulus.

- ¿Y tú como sabes eso muchacho? – Inquirió su padre asombrado.

- Aquí todos lo comentan papá – Respondió Regulus - Ese chico es el nieto del asesino ése.

- Nunca me imaginé que él hubiese dejado descendencia – Terció Lucius hablando con preocupación.

- Ni yo – Saltó Bellatrix – Pero ya saben que él era muy impredecible.

- Su padre parece muy simpático – Comentó Narcisa mirando como padre e hijo conversaban unos asientos más allá.

- Es maravilloso tu colegio hijo – Decía Tom Ryddle senior – Mucho más grande que el de Albania - ¿Y tus amigos? ¡Preséntame a tus amigos!

- No tengo amigos padre, ya te lo he dicho – Contestó el muchacho con fastidio mientras miraba su plato vacío.

- Eso no es cierto – Terció su padre – Tienes a Rose Eileen, dijiste que era tu amiga.

- Si, es mi única amiga y ya la conoces, eso es todo papá.

- Lo siento hijo, creo que nuestra falta de amistades se la debemos a este bendito apellido, lo único que nos legó mi padre fue nuestra mayor vergüenza, un apellido manchado de sangre, dolor e injusticia – Dijo Tom Ryddle padre con voz triste.

Tom, su hijo, elevó la mirada cargada de rabia hacia él.

- La culpa no es del abuelo– Se quejó el muchacho – Pero si de su maldito apellido, si su despreciable padre muggle no lo hubiese abandonado... tú y yo seríamos muy diferentes ahora.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now