La anhelada primera prueba

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Amaneció y el día esperado por todos al fin había llegado, el día de la primera prueba del torneo. Todos los estudiantes junto a sus padres fueron al gran comedor dispuestos a devorar sus desayunos aunque sus estómagos rugieran más por nerviosismo que por hambre. El gran comedor, imponente como siempre y más repleto que nunca, los aguardaba armado con sabrosas fuentes llenas de tostadas con mermelada, huevos con tocino, panqueques, croissants, pastelillos rellenos de crema de chocolate y empanadas de calabaza.

- ¡Santo Dios hijo! No puedo esperar a que comience la prueba, me muero por saber de qué se trata – Dijo el señor Ryddle con suma emoción mientras él y su hijo tomaban asiento en la mesa de Slytherin.

Su hijo sólo entornó los ojos con fastidio, pero lo que sucedió a continuación le llamó mucho la atención.

- ¡Oigan! - Los llamaba una mujer morena de parpados caídos y mandíbula cuadrada, al parecer era la madre del odioso Regulus – ¡Ryddle! Sí, ustedes dos – Confirmaba ella al ver que el padre se señalaba a sí mismo y a su hijo con duda – ¡Vengan a sentarse con nosotros!

- Ellos no tienen nada de especial padre, mejor vamos a quedarnos aquí – Terció el chico molesto al ver como Regulus fruncía el entrecejo y tratando de evitar la mirada de Rose Eileen que parecía entusiasmada.

- ¿Cómo que no hijo? – Dijo su padre mientras se levantaba y lo exhortaba con una seña a hacer lo mismo – Son tan amables.

- Si tía Bella, es una buena idea – Añadió Rose Eileen muy contenta - ¡Ven aquí Tom!

- Ella está feliz porque ese chico le gusta – Terció Scorpius haciendo que a Rose Eileen se le tiñeran las mejillas del mismo color de su cabello y que Regulus torciera el gesto.

- Por supuesto que no Scorpius, no seas mentiroso – Añadió la hija de Snape.

Draco y Pansy sólo reían.

- ¿De verdad creen que sea una buena idea llamarlos? – Inquirió Harry que ese día tomó asiento junto a su familia en la mesa de Slytherin para acompañar a Albus Severus (siempre él y Ginny compartían su tiempo entre la mesa de Gryffindor y la de Slytherin)

- No seas prejuicioso mi niño – Le respondió Lily acariciándole la cabeza – Los Ryddle siempre están solos, Rose sólo quiere ser amable.

- Pues por algo será Lily – Respondió Severus con inquina – Por algo siempre están solos.

- ¡Shhhhh! Ya vienen – Dijo Draco.

Los Ryddle ya tomaban asiento entre ellos.

- ¡Ohh! Muchas gracias amigos – Expreso el señor Ryddle muy simpático y con marcado entusiasmo – Mi hijo y yo estamos muy agradecidos por su gesto señora...

- Lestrange – Respondió la mujer con una sonrisa – Soy la señora Lestrange pero puedes llamarme Bellatrix o Bella como todos los demás.

- Son todos ustedes muy amables.

- Esto no me parece una buena idea – Susurró Narcisa junto a su hermana casi sin mover los labios para no ser descubierta – ¿Qué tal si el señor Ryddle es igual a su padre, o el chico es igual a su abuelo? ¡Dios mío! Tengo tanto miedo de pasar de nuevo por lo mismo.

- Cissy, creo que es mejor tenerlos cerca, así podremos vigilarlos mejor ¿No crees? – Respondió su hermana también entre susurros – Si resultan ser amigables es bueno tenerlos cerca y si son enemigos será mejor tenerlos aún más cerca para poder descubrir sus debilidades.

- Nunca perdiste tus habilidades de estratega hermana – Respondió Narcisa con admiración.

- Significa mucho para nosotros el que nos inviten a desayunar con ustedes, pues no les podemos negar que desde que llegamos a Gran Bretaña hemos tenido que lidiar con los prejuicios que provoca nuestro polémico apellido.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora