Un lugar necesario

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Sirius y Hagrid habían llegado al fin a Las Tres Escobas en busca de las alumnas, ninguno había dicho nada por supuesto pero les sorprendió ver las habilidades de duelo muggle que tenía Rose. Para ello no hacía falta más que mirar a Brenda, la había dejado que daba pena. La señora Rosmerta, muy ofuscada por su parte, les había relatado lo que había sucedido aunque había momentos en los que tenían que mandar a callar a Rose o a Brenda pues insistían en hablar a la misma vez para tratar de defenderse.

- No, te preocupes Hagrid, yo las llevo - Se ofreció Sirius al final de la explicación - Ya conocen las reglas chicas.

- Si, no podemos hacer nada - Añadió Hagrid tratando de contener una sonrisa de orgullo al contemplar a Rose - Deben ser castigadas por haberse peleado.

- ¿QUEEEÉ? - Protestó Brenda - Pero si yo fui la agredida.

- ¿Tú la agredida? - Dijo Rose fulminándola con la mirada - Tú fuiste la primera en atacarme.

- Pero fue con un encantamiento, tú en cambio optaste por atacarme a lo salvaje.

- Porque te lo merecías, a que no te atreves a hablar mal de mi familia ahora ¿eh?

- ¡Ja! Te repito, nunca hablé mal, sólo dije la verdad Snape, aunque te duela, seguramente de esta sales bien librada ¿A que si?

- Eres una imbécil - Espetó Rose intentando alcanzar a su oponente de nuevo pero Sirius la había sujetado con fuerza para impedírselo, Brenda en cambio, haciéndose la víctima se echó para atrás y crispó el rostro.

- ¿Lo ven? Allí tienen la prueba de que fue quien me atacó primero.

- En realidad, tú la atacaste primero Highwall - Pugnó Victoire - Ella sólo se defendió. No has hecho más que acusarla de ser la protegida de todo el mundo.

- Yo no estoy hablando contigo Weasley - Espetó Brenda con rabia - Tú eres otra que camina con ínfulas por allí nada más que por ser la hija del ministro.

Victoire iba a reclamar y también Ted, Madeline, Rose y Regulus pero justo en ese momento Sirius habló más fuerte y los hizo callar.

- Pues me temo que se equivoca señorita Highwall - Le dijo el animago - Tanto usted como la señorita Snape tendrán el mismo castigo, ella jamás se verá favorecida como usted tanto ha recalcado.

Sirius salió de Las Tres Escobas escoltando a las dos peleoneras que aunque ya no tenían oportunidad de seguir riñendo no dejaron de asesinarse con las miradas. Detrás, en el pub dejaron a los demás en un mar de murmuraciones.

- ¡Ja! Ni que fuera la última poción en el planeta ese Ryddle - Se burló Jack Robinson, un chico de cuarto curso de Hufflepuff.

- Tú cállate payaso ¿Quién demonios te dijo que se estaban peleando por él? - Bramó Madeline.

- Eso era obvio - Dijo Dorothy Parker con sorna - Además, tenebroso o no ¿Quién no pelearía por él? Está como quiere.

- Por Merlín, no puedo creer lo que estoy oyendo - Dijo Madeline mientras Dorothy se alejaba - ¿Cómo es que tienen el cerebro tan vacío esas chicas como Parker o Highwall?

- Son zorras, eso es todo - Lo simplificó Victoire Weasley.

Ted exhaló un silbido largo y agudo mientras enarcaba las cejas.

- ¡Vaya! - Dijo - Ustedes las chicas sí que son directas.

Madeline y Victoire sonrieron y se miraron entre sí.

- Oigan y... ¿Qué creen que sucederá con Rose? Es decir, es cierto lo que dijo el tío Sirius  ¿Ella no se verá favorecida? - Dijo Regulus.

- Lo más seguro es que tendrá que pagar por infringir las normas - Dijo Ted encogiéndose de hombros.

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now