Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Yuuichiro Hyakuya x Lector [Owari no Seraph]

[Universo alterno; Época medieval, Magia, brujos/as, orcos, guerreros, etc] 

[Tu alma gemela y tú tienen un objeto igual, y este comenzará a brillar cuando se encuentren, indicando que son pareja por toda la vida]

Con los ojos entrecerrados, la joven maga se cruzó de brazos, casi echando chispas de sus ojos. (T/N) vive en el bosque lo más lejos posible del castillo Real desde hace muchos, muchos años. Sus padres solían trabajar para el Reino, siendo ambos excelentes magos, su padre un elfo y su madre una humana. 

Sin embargo, la guerra entre seres de luz y seres de noche se desató, y los vampiros le ofrecieron algo muy tentador a los Elfos y estos no pudieron negarse, siendo así, que ayudaron a que la tierra se tiñera de rojo. 

Su padre al ser un elfo, lo tacharon de traidor sabiendo que este desde joven le es leal tanto al Rey como al Reino mismo. 

Lo demás que queda de la historia, es un poco predecible. 

Fueron expulsados del Reino, viéndose obligados a vivir en un bosque lejano, lleno de animales feroces, lobos, orcos, arañas, cualquier monstruo imaginable, posiblemente se encuentre allí. (T/N) olvido las veces que tuvo que lidiar con vampiros u hombres lobos que intentan apropiarse de su casa o de ella. 

Su familia perdió su rango de Nobleza, su madre cayó en la depresión y es que a pesar de ser la maga más capaz de todo el mundo, la enterraron en el mismo pozo que a su marido. Aunque ella tampoco iba a dejar que lo enviaran lejos solo a él. 

Y todo esto sucedió cuando sólo tenía once años. 

Desde entonces, (T/N) fue entrenada por su padre que al ser elfo, sabía manejar a la perfección un arco y flechas. Su madre se encargó de las espadas y escudos, y más tarde, los hechizos. 

Y desde siempre iba a odiar a los paladines, caballeros, guerreros, o lo que fuera que trabajase para el Rey y su beneficio. 

Por eso, cuando su padre trajo a un grupo de adolescentes con el logo del Reino en sus escudos y armaduras, la sangre le hirvió y contuvo las ganas de maldecirlos allí mismo. 

—(T/N), trae las hierbas medicinales, atendere a este joven. —señaló con la cabeza al que cargaba en el hombro como un saco de papas, tenía el cabello castaño oscuro y un rostro bastante juvenil, por no decir de niño. —Y tú encárgate de ese de allí. 

Un chico de pelo rosado cargaba a un azabache, que se veía muy malherido. Dos chicas entraron apresuradas detrás de el, cerrando al puerta de su improvisada cabaña —aunque obviamente con el paso de los años la mejoraron bastante— con un estrepitoso sonido. 

—Papá..

El elfo, de brillantes ojos violáceos asintió con la cabeza, sabiendo a lo que se refería su hija. 

—Solos los ayudaremos y se marcharan de aquí, para nunca volver. ¿De acuerdo? 

Dudosa, igual que un gato desconfiado, (T/N) se acercó al azabache que lo dejaron reposar en la cama más cercana, o sofá mejor dicho. Luego de alcanzar las hierbas medicinales a su padre y éste utilizará su magia para curar al castaño, la joven de diecisiete años se arremangó y apoyó una de sus manos sobre la primera herida sangrante que encontró en el caballero.