Hisoka Morow x Lectora x Leorio Palidiknight [HxH]

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[Cuando te encuentras cerca de tu alma gemela, el hilo rojo del destino puede visualizarse]

[Angst]


Había oído historias de las almas gemelas, personas que se pertenecen la una a la otra, destinados a estar juntos sin importar la cantidad de años que puedan haber pasado. Encontraba fascinante la forma en que dos almas se transformaban en una, el amor incondicional que se llegaba a tener (era algo que veía seguido en sus padres; ese amor infinito que nunca se acababa). (T/n) solía soñar con el día en que conocería a su alma gemela, lo anhelaba, y no dejaba de pensar en ello. Pero con el paso de los años, a medida que llegaba a su adultez, poco a poco dejo de pensar tanto en eso, sobre todo porque su trabajo como cazadora ocupaba la mayor parte de su vida.

Sumado a que, el porcentaje de personas que conocían a sus almas gemelas en la actualidad era muy bajo, y no todos nacían con el hilo rojo del destino, ni tampoco tenían una pareja ideal (los casos de abusos, violencia de género, entre otras, seguían sucediendo con o sin alma gemela).

Por eso, cuando en medio del Examen de Cazador el hilo rojo se mostró ante ella, su fachada de cazadora élite cayo repentinamente. Satotz parecía confundido ante su cambio radical, pero pronto comprendió, viendo cómo se acercaba a Hisoka sin una pizca de temor o repulsión.

Los ojos dorados del pelirrojo se instalaron en su figura, entrecerrándose con lo más parecido a la diversión en ellos.

No compartieron palabras, no era necesario.

—Satotz-san, dejaré mi puesto como examinadora, no quiero que piensen que estaré beneficiando a mi alma gemela —declaro, luego de observarlo detenidamente; oro líquido y carmesí, podía compararlo con el fuego sin problemas—. Suerte en el examen, Hisoka.

El hilo rojo se tensó al momento que el nombrado alzo su brazo, atrayéndola de un solo tirón invisible para los ojos de los demás. Se estrelló de manera torpe contra su pecho, captando el olor de goma de mascar, colonia masculina y algo dulzón, como caramelo. Era una mezcla extraña, pero adictiva.

—¿Te irás sin un beso de despedida? No pensé que mi alma gemela sería tan fría... —lo escucho murmurar sobre su oído, los labios pegados al lóbulo causándole un cosquilleo en lo más profundo de sus entrañas—. Tranquila, aquí estoy yo para darte algo de calor.

Deposito un beso sonoro en el inicio de su mandíbula, dejando una sensación cálida en la piel y la terrible necesidad de más. Hubo una promesa en silencio; volverían a verse luego del examen. No había duda de ello.

A pesar de la extraña felicidad que sentía de haberlo encontrado finalmente, no podía obviar la forma en la que cada vello de su cuerpo se había erizado, como si estuviera en presencia del depredador más poderoso del mundo. Hisoka, con los pocos minutos que se relacionaron, se veía como un arma de doble filo. No sabía si terminaría agarrando el extremo filoso, o el mango.



Meses pasaron de su primer encuentro, y las visitas nocturnas eran algo cotidiano. El pelirrojo siempre aparecía a la misma hora, con su sonrisa zorruna y los ojos brillantes. La relación de ambos no crecía más allá del ámbito físico, rara vez Hisoka le contaba algo sobre su pasado, o de lo que había hecho durante el día, o sus planes a futuro. Era como las olas del mar; iba y venía.

(T/n) movió la copa de vino de manera lenta, viendo como el líquido manchaba el cristal de un color rojizo. Las luces de la ciudad se reflejaban en la ventana de su departamento, el silencio de la oscuridad transmitiéndole la sensación de una falsa tranquilidad.

Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]Where stories live. Discover now