Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Ai Mikaze x Lector [UtaPri]

[AU; Futurista, robot, etc]

[Advertencia; posible angst]

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Año 2047

Llevó la taza de café a sus labios, sintiendo pronto el contenido amargo recorrer su garganta. Son las diez y media de la noche, no hay muchos clientes que pasen en busca de reparaciones o para comprar. El local cerró un poco más temprano que de costumbre, pero no hay problema con ello. 

La habitación donde ella trabaja está iluminada con varias luces led, y la gran mayoría provienen de las piezas de robots que debe reparar. Brazos, piernas, un par de manos y una que otra cabeza. 

Hoy en día, es muy común tener un asistente robot. Ya saben, como esos que aparecían en las películas de varios años atrás. Robots que están a tu servicio y buscan tu comodidad, aceptan ordenes de cualquier tipo, etc. 

(T/n) se crió en un mundo así, rodeada de tecnologia, piezas de metal, olor a aceite. 

Ajustó los anteojos con el dedo índice, viendo la leve llovizna que cae fuera. Su local esta ubicado en un callejón angosto, casi pegado a otro local más. A pesar de que la tecnología está diseñada para ayudar al ser humano, esto también puede hundirlo. Las personas con poder como de costumbre, tenían ventaja sobre todo, incluyendo las personas. 

No es de extrañar que ella viviera en un sitio de bajos recursos, como la gran mayoría de la sociedad. Solo un porcentaje muy pequeño tenía la oportunidad de vivir en los sectores VIP o de ricos, rodeados de lujos, seguridad y robots que los protegieran. 

Dejó la taza sobre el borde de la ventana, bajando la vista al reloj de su muñeca derecha. Con el dedo, deslizo las diferentes notificaciones que tenía. Llamadas, emails, algunos correos de voz...nada nuevo en general. Aún tiene trabajo pendiente que debe ser entregado para los próximos días, así que lo mejor será que se ponga en marcha. Con su padre enfermo, no podía darse el lujo de descansos.

Tomó asiento en su escritorio, colocándose unos guantes especiales que le permiten manejar con facilidad las diferentes piezas de metal pequeñas así mismo como las herramientas, se ajustó las gafas una vez más y se inclinó sobre un brazo metálico. Las "venas" brillando de un tono azul eléctrico al momento que la herramienta hizo contacto. 

De fondo hay una música suave de electronica, muy leve que puede mezclarse tranquilamente con la llovizna. 

Se mantuvo de esa forma alrededor de media hora, moviendo piezas, arreglando cables, soldando otros. 

Hasta que en un momento, escucho el sonido de un camión. Se imaginó que sería el de la basura, que pasa a recoger la misma más o menos a esa hora antes de que otras personas saquen provecho de las piezas desperdiciadas en la misma. 

Sin embargo, el camión se mantuvo en la misma ubicación durante cinco minutos exactos, hasta que soltó un paquete bastante grande en la calle. (T/n), ingeniera de veinte años, observo toda la acción con las luces apagadas desde la seguridad de su ventana obviamente. Meterse en estos días en cosas raras no era una buena solución, podrías terminar incluso peor. 

Decidió ignorarlo, dejarlo pasar. Mirar hacia otro lado como hace la mayoría ante estos casos.

El camión arrancó a una extraña velocidad y la caja cayó de costado.