Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Keigo Takami x Lectora [BNHA]

El recorrido por las calles era el mismo de siempre; asegurándose de mantener la seguridad de los civiles a su alrededor y cada tanto, dedicándole unos minutos a sus fans. La atención que le proporcionaban hacia que se esforzase el doble, pero cuando quedaba solo, caminando y con sus ojos dorados inspeccionando toda situación, Hawks se permitía darle un vistazo al celular.

La foto de la pantalla de bloqueo le arrebataba una sonrisa siempre que la miraba.

Y a veces, como ahora, deseaba escuchar una voz especifica.

Llevo el celular a su oído, saludando con la mano libre a las personas.

—¿Hawks? —dijo la voz del otro lado de la línea, el sonido de teclados y voces de fondo—. Llamaste más temprano de lo usual.

El rubio sintió como cada pluma de sus alas se erizaba ligeramente, una sensación cálida recorriendo su cuerpo de pies a cabeza.

—Este caballero no podía esperar para oír la voz de su dulce princesa —replico, ganándose una risa de parte de la fémina—. ¿Llamo en mal momento?

Se detuvo delante de una joyería, casi sin pensarlo, inspeccionando lo que estaba a la vista detrás del vidrio. No recordaba cuando fue la última vez que le hizo un regalo a su novia, y eso lo dejo pensativo por unos segundos.

—Para nada, solo estoy teniendo un problema en la base de datos...parece que alguien intento infiltrarse, pero le salió el tiro por la culata —una serie de voces a su alrededor hicieron que agudice el oído—. Ah...Si, lo siento, terminaré con esto enseguida.

Mientras ingresaba a dicho local, Hawks la escucho quejarse por lo bajo con la actitud malhumorada de su jefe, junto con «me aseguraré de colocar un virus en su celular» y otras amenazas más. Su mano enguantada señalando un accesorio especifico en la vitrina, que había captado su atención desde el principio. Cuando (T/n) termino de hablar, el soltó una risa por lo bajo.

—Te dije que podías trabajar en mi agencia, necesito de alguien que pueda hacerse cargo de todas las cosas tecnológicas —cambio el celular de oído, examinando el collar que le enseñaban—. Y admito que oír tus amenazas es bastante sexy.

Escucho los bufidos ahogados de la joven, que seguro trataba de mantener el volumen bajo de sus risas.

—Lo dices para tenerme cerca, y, además, no tendría mucho que hacer, eres un excelente héroe, casi no hay emergencias por esa zona.

Hawks asintió al hombre detrás del mostrador, llevando la mano libre a su billetera.

—Obviamente lo digo para tenerte cerca, te necesito las veinticuatro horas de los siete días de la semana —extendió la tarjeta de crédito sin pensárselo dos veces—. Y, en realidad, si hay una emergencia, ¡una muy grande!

Casi juraba que imaginaba su rostro confundido, con la ceja alzada y mirada dudosa.

—¿De qué hablas, cielo?

«Ouh, golpe critico a mi corazón» pensó, suprimiendo una sonrisita.

—Verás, hace un tiempo una villana robo algo muy importante, y hasta ahora, no se la ha podido encontrar.

El hombre que lo estaba atendiendo termino de guardar el regalo en la caja de terciopelo, y Hawks negó con la mano cuando le ofreció una bolsa; el bolsillo de su chaqueta bastaría.

—¿Qué es lo que robo? —podía oír sus dedos trabajando en el teclado de la computadora, probablemente haciendo una búsqueda ilegal para encontrar a dicha «villana»—. Puede que este Amazon.