Soulmate [CERRADO] [Personaje x Lectora]

Apolo x Lector [Kamigami No Asobi]

[Naces sin alma gemela]

(T/n) cerró el libro y lo dejó en su lugar, al mismo tiempo que buscaba otro con la mirada. Un aire calido movio su cabello, recordando que finalmente la primavera había llegado. Oía el suave canto de los pájaros fuera del local, y el fuerte sol obligaba a la gente a esconderse bajo la sombra de los árboles. 

Vio una pareja pasar, tomados de la mano y en sus muñecas aprecio lo que parecía ser un tatuaje. 

Inconscientemente bajo la mirada a la suya. 

«Siempre estoy buscando algo. O mejor dicho, a alguien.» bajo la manga, tapando su piel. «Pero esa persona no existe.»

Salio de la librería, sin comprar un libro. De repente, se le fueron las ganas de leer algo de romance. 

Camino por el parque, escuchando música y casualmente observando a su alrededor. Más de una vez un insecto voló a su alrededor, una que otra pelota desviada terminaba enfrente suyo y esta era la tercera vez que veía un carrito de helados en toda la caminata. Se obligó a sí misma a sonreír ligeramente, la atmósfera es tranquila, relajante, familiar. 

Pero no puede evitar sentirse sola. 

(T/n) nació sin un alma gemela. Un alma perdida, solitaria, unida a nadie. De pequeña no le tomaba importancia, claramente no le interesaba el asunto del romance y compartir su vida con alguien más. Pero ahora, con diecinueve años, la sensación es molesta y deprimente. De su grupo de amigas, dos de ellas encontraron ya a su alma gemela. Las demás seguían en su búsqueda.

 ¿Y ella? 

Ah, ella es una alma pérdida, no tiene a nadie. 

Nunca lo tendrá. 

Desde los dieciséis, que busca en libros, en internet, en cualquier lado que pueda brindarle información, el porque ella no tiene. Llegó a la conclusión, que posiblemente no estaba realmente destinada a estar con alguien, o que posiblemente hizo algo horrible en sus anteriores vidas pasadas. 

Con un suspiro amargo, tomo asiento en una banca lejana, que daba vista a un lago artificial. 

El cielo está despejado, un celeste intenso. Los árboles brillan más que nunca, de un verde tan primaveral y hermoso, digno de una pintura. 

Perdida en su música, ignoró el hecho de que alguien se sentó a su lado. Un joven, de cabello rubio y mirada esmeralda, finalmente lo vio cuando este se acerco un poco más, hasta tal punto que sus hombros rozaron sin querer. Se quito un auricular, levantando una ceja. Nunca le gusto que otras personas la tocaran, sobre todo extraños. 

—Uhm, ¿disculpa? ¿Necesitas algo? —en realidad quería decirle «Hay demasiado espacio en esta banca, quítate.» pero no quiso ser descortés. 

—Lo siento, no me di cuenta que estábamos tan cerca. Mi nombre es Apolo. —tendió su mano, con una sonrisa esplendorosa, el mismo sol estaría envidioso de ella.